Vialidad trunca
Entrar al café fue todo un reto, no había forma de pasar, los pasillos entre las mesas encontrábanse saturados, sillas mal puestas, gente parada que no dejaba pasar y una chica limpiaba en medio del caos una mesa, pero bueno, al fin alcancé mi espacio, pediré un espresso. Inevitablemente invade mi mente un problema, un padecimiento harto sufrido por todo coatepecano, la vialidad, y con esta cavilación emprendo un reto, sé bien y entiendo que el caos vial de la ciudad se debe a varios factores como hicieron favor de explicarnos en la edición pasada, pero hay algo que se sale de toda comprensión, bueno tal vez solamente de la mía, su explicación es evasiva, justo aquí lanzo la pregunta: ¿Cómo se selecciona a la persona que debe ser Delegado de Tránsito?
Imagino o quizás es mi deseo imaginarlo que se les forma en la Academia de Policía en El Lencero, no creo que de una tómbola se sustraiga un número, un nombre, o se premia con ese cargo al amigo que apoyó en campaña para que se “recupere”, o se paguen favores, la vialidad no es algo que deba dejarse a la suerte.
No lo sé, sólo acierto a especular, en mi caso, si deseo participar en labores académicas debo competir, concursar por oposición contra varios interesados, realizar varias pruebas para ser evaluado y determinar mis aptitudes y capacidades, luego si logro el mejor puntaje seré seleccionado.
Nace mi pregunta dado que desde las épocas de Don Antonio de la Cerda y de Don Franco Piñeiro Chrinos, hasta hace unas semanas en este municipio se ha visto desfilar un sinnúmero de Jefes de Tránsito, sin que hasta hoy se vea una mejoría en la vialidad, exceptuando el paso de Othón García, su desempeño me pareció aceptable y el breve tiempo que anduvieron por esta accidentada región tratando y logrando a fuerza de trabajo poner orden Don Tomás Reyes, y el gentil Teniente Sandoval. Mi buen amigo y director de este medio también transitó por esa abrupta zona de rodamiento, lo recuerda con afecto.
Entiendo que la Secretaría de Seguridad Pública le apuesta a la rotación de mandos, lo consideran una práctica necesaria para evitar cierta clase de vicios. Esa práctica le servirá a las grandes tiendas de conveniencia para que los empleados aprecien la labor de los demás, ese lujo pueden dárselo, pero a una institución que debe resolver problemas y poner orden le llevará ciclos de aprendizaje, inversión de tiempo, relaciones políticas y estratégicas que con cada cambio son tiradas a la basura, las otras autoridades dejarán de tomar en serio a una figura efímera, fugaz o pasajera.
Me consume la curiosidad por entender cuántos Delegados harán falta para al fin contar con una vialidad fluida, espero que en breve se pruebe con un coatepecano que conozca bien los problemas viales de esta jurisdicción y que el gobierno del Estado lo deje trabajar apostándole a la continuidad, en el caso de que sea buen servidor público claro está.
O en su defecto, que el ayuntamiento atraiga esa función, en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (Artículo 115, Fracción III, Inciso h), se aclara que es una facultad del municipio prestar los servicios de Tránsito y Vialidad, claro que habrá que investigar si los contendientes al puesto de Alcalde tienen interés en la vialidad o les da lo mismo.
Lo cierto es que hasta no decidirnos a actuar como pide Benjamín, seguiremos tirando dinero, padeciendo estrés del camino, sufriendo accidentes y soportando arbitrariedades.
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