Diferente a otros años luce el árbol de roble en la glorieta Iturriaga. No exhibe sus abundantes y bellas flores dignas de una postal. Lo cierto es que está cubierto de tenchos y es posible que por ello se redujo su esplendor. Ojalá se le diera mantenimiento para que luzca como lo hemos visto en otras primaveras.
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