lunes, 19 de abril de 2021

Columna 33 Por Carlos Lucio Acosta

 


El discutible presidente Enrique Peña Nieto, heredó al erario público la tentadora cantidad de más de cien millones de dólares. El monto forma parte de la agenda de acuerdos bajo la mesa entre el jefe del ejecutivo federal saliente con el entrante.


La compra -en proceso- con el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, comprende misiles, torpedos, pertrechos, capacitación, ocho aviones de inteligencia King Air, tres Boeing 737, 23 helicópteros Black Hawk, 407 misiles Harpoon, cinco patrullas costeras y un buque de apoyo logístico.


La negociación se llevó a cabo durante el mandato del presidente Donald Trump. Casi dos años después el presidente Andrés Manuel López Obrador, anuncia la construcción de 161 cuarteles destinados a la Guardia Nacional (GN). Y advierte que no serán para enfrentar el avance de los cárteles del narcotráfico, contener el crecimiento de la delincuencia organizada, disminuir la expansión de células criminales o controlar las defensas comunitarias.


Preocupante si añadimos que de acuerdo a informes de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés), estiman que anualmente ingresan a territorio mexicano en forma ilegal más de 200 mil armas de fuego cortas y largas. Sin embargo, Small Arms Survey-México, reconoce que el país es el séptimo del mundo con el mayor número de armas de fuego en poder de civiles, con más de 16.08 millones de unidades, una por cada siete habitantes.


El presidente de la Asociación Mexicana de Usuarios de Armas de Fuego, A.C., Luis Antonio Merino González, acepta que en la república existen cuatro millones de armas de diverso calibre registradas y cerca de 20 millones no registradas. El Instituto de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en sueco), afirma que los principales proveedores  de armas a escala mundial son los Estados Unidos de Norteamérica y Rusia. México ocupa el número 23 de una relación de 96 clientes activos.


De las más de 35 mil 964 víctimas, alrededor de 20 mil 005, fueron asesinadas con armas de fuego, registra el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). Siete de cada 10 armas de fuego utilizadas en homicidios dolosos y crímenes de alto impacto, provienen de los Estados Unidos de Norteamérica.


El gobierno mexicano invierte 10 mil 07 millones de dólares anuales en activos militares, según la secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Si bien es cierto que el presidente Felipe Calderón Hinojosa, declaró la guerra al narcotráfico al inicio de su mandato constitucional, también es verdad que Enrique Peña Nieto la continuó y Andrés Manuel López Obrador, la fortalece.


¿En dónde quedó el “abrazos y no balazos”? ¿Es el momento del “si quieres la paz prepara la guerra”? ¿Hacia dónde vamos con esta política de violencia e inseguridad? ¿Qué hace el Congreso de la unión para poner orden en la sala? ¿Aires de represión? ¿El país se transforma en campo de batalla?

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