lunes, 19 de abril de 2021

FILOSOFÍA CLÁSICA - Por José Jácome

La Utopía.-



“Utopía” es una palabra frecuente en nuestro quehacer cotidiano. Se utiliza como argumento o contraargumento a la hora de discutir sobre sociedades idílicas o hipotéticas. Pero el término “utopía” tiene una profundidad mayor de la que la sociedad nos muestra o maneja. ¿Qué es realmente una utopía?


Etimológicamente, el término utopía viene del griego y significa de manera literal “no-lugar”, lo que representa un lugar que no existe. La primera vez que se utilizó fue en la novela Utopía de Tomás Moro. Este famoso relato transcurre en una isla con un gobierno pacífico e idílico y constituye toda una crítica a la organización política de los siglos XV y XVI.


Desde hace mucho tiempo, la sociedad ha soñado con un mundo idílico y una manera de gestionar la sociedad perfecta. De ahí nace el uso del término utopía. Esta consiste en una teorización acerca de cómo se debería organizar de forma perfecta una sociedad, estado, comunidad o parte de los mismos. Un aspecto importante es que este mundo hipotético no acude a una utilidad inmediata, no busca encontrar un sistema político que se pueda aplicar en el contexto actual.


Cuando se construye esta teorización, lo que se busca es la forma del “mejor sistema” posible. Solo se busca dar forma a la idea desde términos teóricos, sin tener en cuenta el grado de dificultad a la hora de trasladar esa idea o esquema a la realidad. De esta forma se puede crear de manera hipotética una sociedad perfecta. Ahora bien, la idea de la perfección de la sociedad es algo ambigua e interpretativa; un hecho, a lo largo de la historia y según el individuo ha ido cambiando casi de manera constante.


Podemos encontrar multitud de ejemplos de utopías a lo largo de la historia. Quizás una de las más antiguas sea la utopía de Platón. En ella, la sociedad estaría dividida en tres clases asignadas por sus competencias y habilidades: la clase política, la clase militar y la clase de productores. Así, el buen funcionamiento y gestión de esas clases aseguraría una sociedad perfecta y pacífica.


También podemos encontrar utopías más modernas, como el socialismo utópico. La cual fue creada como crítica al capitalismo y a la explotación de los individuos a través de la apropiación de su fuerza de trabajo. Esta utopía se basa en una sociedad cooperativa y auto gestionada. A través del apoyo mutuo, el trabajo colectivo y la decisión asamblearia se lograría el funcionamiento óptimo de la sociedad. 


El término utopía se utiliza en multitud de ocasiones como sinónimo de imposible. Incluso se atribuye al mismo un carácter idealista y de poca utilidad. Pero, esta concepción no deja de ser un error: las utopías nos permiten identificar el objetivo a alcanzar, actúan como brújula. Y esto no es baladí, ya que una de las motivaciones más poderosas que tenemos los seres humanos es la de buscar lo mejor.




“La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se aleja diez pasos más allá. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso: sirve para caminar”.  Eduardo Galeano.




















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