lunes, 19 de abril de 2021

El Príncipe Felipe de Edimburgo y su silla de montar


La semana pasada, se dio a conocer la muerte del príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II de Inglaterra, quien murió a los 99 años en el Palacio de Buckingham. Esta noticia mundial, sirve para recordar que en Coatepec, se realizó una silla de montar, especialmente para el, ahora finado, Príncipe Felipe, duque de Edimburgo y otra precisamente para su majestad la Reina Isabel II.




Siendo gobernador de Veracruz don Rafael Hernández Ochoa, (1974-1980) le solicitó a Don Sóstenes Guzmán Durán, dueño de la Talabartería “El Tigre” una silla de montar, para el Rey Juan Carlos de España. Le gustó tanto al gobernador el extraordinario trabajo en piel, que al año siguiente le solicitó una para el Príncipe Felipe de Edimburgo.



En esos años la Talabartería “El Tigre” estaba en su apogeo pues les hacía sillas de montar a muchos artistas y ganaderos del país, entre ellos a Vicente Fernández.



Actualmente, con don César Guzmán Ruiz al frente, recuerda con orgullo las famosas ferias a las que eran invitados como expositores, donde además vendían, reatas de lazar, cinturones, mangas de hule y muchos arreos en piel, desde donde se trajeron muchos premios nacionales.

 

Pero volviendo a la silla de montar del Príncipe Felipe, Don César Guzmán explica que a petición directa del Gobernador, le fue fabricada especialmente con características particulares. El fuste marmoleado, estaba hecho de maderas de nogal, cedro, frijolillo e ixpepe; fue bordada a mano en piel de toro proveniente de Oaxaca y con hilo de pita, el cual se extrae del henequén oriundo de Yucatán. En la contra-reata finamente detallado llevaba el escudo de Veracruz. Su herraje estuvo hecho de acero monel y, a la vez, llevaba la reata de lazar (lazadera) elaborada con hilaza y centro de nylon. Los bastos y sentaderas fueron forrados de fieltro canadiense. Además de su manga de hule y corona. Luciendo un elegante sable, en cuya funda de piel, destacan sus iniciales PF.




Al año siguiente, el entonces gobernador, Hernández Ochoa, hizo otro pedido igual de especial, pues complacido por el trabajo y por lo bien que quedó con su amigo el Príncipe, solicitó otra silla de montar con características similares, pero para la soberana de Inglaterra, su majestad la Reina Isabel II.



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