Fallas estructurales.-
En esta ocasión tocaremos el tema de las fallas estructurales que se presentan en las construcciones, muchas veces ocasionadas por desastres naturales tales como: sismos, huracanes, etc., algunas otras provocadas por dar un uso distinto para el que fueron creadas dichas construcciones.
Iniciemos por aclarar que, al mencionar “estructura” nos referimos a cualquier elemento estructural que soporte una carga en una construcción o edificación, como ejemplo podemos citar: muros, losas, castillos, trabes, columnas, entre otras. Estas estructuras se oponen a esfuerzos a la compresión, tracción y corte, deformándose respectivamente en forma proporcional a dichas acciones dentro de ciertos límites. Si se supera este límite se llegan a producir deformaciones permanentes; y si los esfuerzos llegan más allá de las deformaciones permanentes, a ciertos valores críticos de cada material, se produce la rotura del cuerpo por aplastamiento, estiramiento o desgarramiento.
Ahora, definamos “estado límite”, el cual es la condición ante la cual, un elemento o miembro estructural bajo carga, se ve afectado a tal grado que, deja de ser seguro para los ocupantes de la estructura o dicho elemento deja de desarrollar la función para la cual se diseñó. Existen dos tipos de estados límite:
1.- “Estado límite de falla”: es aquel que define el alcance de la resistencia de un elemento estructural bajo cargas extremas. Los estados límites de falla son aquéllos asociados con el colapso de una estructura que pone en peligro la vida humana. Los estados límites de falla se asocian con pérdida de la capacidad de carga debido a rotura, inestabilidad u otro estado que pueda afectar la resistencia de la estructura.
2.- “Estado límite de servicio” es aquel que define el alcance del límite de la habilidad de un elemento estructural a desarrollar la función para el cual fue diseñado. En estos se incluyen las deformaciones que pueden afectar la apariencia o el uso efectivo de la estructura (incluyendo el mal funcionamiento de máquinas o servicio) o que pueden causar daño a los elementos de acabados no estructurales; así como vibraciones que pueden causar molestias a las personas, daño al edificio o limita su eficacia funcional.
En general, un elemento estructural tendrá diferentes estados límites que están asociados a su resistencia nominal.
La importancia de este tema radica en poder distinguir el tipo de falla que presenta una estructura, ya que muchas veces el propietario de una construcción se preocupa al ver grietas en los muros o losas, temiendo por su seguridad. Esto no debe tomarse a la ligera y es aquí en donde se recomienda la intervención de un ingeniero estructurista, quien hará una evaluación y determinará las recomendaciones necesarias y acciones a implementar, ya que muchas veces no es necesario la reconstrucción total de los elementos, dependiendo de las causas que originaron las fallas en ellos y su resistencia nominal.
Como siempre, agradezco el espacio que me brinda este Semanario ESPRESSO y al “Centro Universitario Anaxágoras”. Quedo a sus órdenes y pongo a su disposición: correo: franzservin@gmail.com; Facebook: @Franz Lester Servín para cualquier comentario o sugerencia.
M.I. Franz Lester Servín López
Presidente de la Asociación Coatepecana de Ingenieros Civiles, ACIC, A.C.
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