lunes, 6 de septiembre de 2021

EDITORIAL


Como lo marca la Constitución Mexicana, el pasado 1 de septiembre, el Presidente de la República acudió al Congreso para presentar su tercer informe sobre el estado que guarda su administración. Como siempre, existen opiniones encontradas sobre los datos presentados. Algunos, como él mismo, celebran los logros de estos tres años de gobierno. Sin embargo, otro importante sector cuestiona con hechos los datos mostrados. Rodeado de vayas y policías, no hubo acceso al recinto.


En este Tercer Informe de Gobierno el titular del poder ejecutivo, hizo balance de “mitad de camino” sobre lo que ha significado su administración para subsanar los grandes problemas del país. Pero por otro lado, los datos duros, tomados de fuentes oficiales, indican que no todo ha ido de maravilla, como asegura el Presidente y sus seguidores, pero tampoco todo ha sido un desastre, como pregonan sus detractores. Como en todo gobierno, hay claroscuros.


En medio se atravesó la pandemia de COVID-19 y la consecuente crisis económica que puso de cabeza a todos los gobiernos del mundo, pero también es cierto que unos han sabido manejarla mejor que otros. Estos datos duros indican cómo era el país que López Obrador recibió y cómo está ahora, a casi tres años de su mandato, en materia de corrupción, seguridad, empleo, economía y pobreza.


Las cifras oficiales indican que el salario mínimo creció, pero también el número de pobres; los robos van a la baja, pero la violencia de género aumentó, y, sí, aún hay corrupción demostrada. El presidente Andrés Manuel López Obrador hizo una interpretación poco objetiva de las estadísticas de seguridad y omitió temas relevantes, como el de los desaparecidos. Las estadísticas muestran claramente que la incidencia delictiva no ha disminuido, sino que sigue en niveles altos.


En tres años de gobierno de López Obrador no alcanzó la meta de reducir 50% los homicidios dolosos y tampoco todos los delitos como lo prometió al iniciar su sexenio en diciembre de 2018. Sin embargo, mantendrá el discurso de la lucha contra la corrupción, pero seguirá la polarización entre grupos de opinión política y eso intentarán también cristalizarlo en materia legislativa.


Un regreso a clases en medio de la tercera ola de COVID-19, mejora en los pronósticos para la economía y aumento en la pobreza. Esta es la fotografía en la que el presidente Andrés Manuel López Obrador rindió su Tercer Informe de Gobierno en el marco del inicio de la LXV Legislatura, como estipula la Constitución, con el arranque de cada sesión ordinaria de cada año en el Congreso.


Sin embargo, el presidente también admitió que aún no ha cumplido con la descentralización del gobierno ni en algunos otros temas fundamentales que están a la vista. Los datos se presentan en nota por separado. El mandatario tiene 3 años al mando, con altos índices de aprobación, de acuerdo a diversas encuestas publicadas en diferentes medios. Pero es evidente la confrontación con medios de comunicación a los que él señala de estar enfadados con él por no gastar, como en el pasado, millones de pesos en publicidad oficial.


Se puede concluir que el interés que despertó en la sociedad por ver el informe, fue muy bajo o nulo. Si usted los pudo ver, o el resumen en los noticieros, podrá tener otra apreciación.





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