Cien años sin Zapata.-
La figura de Emiliano Zapata, un líder agrario, quien comandó grupos armados durante la lucha revolucionaria en nuestro país, denominado popularmente el caudillo del Sur. Una facción, una porción de mexicanos que participaron activamente para cimentar las bases de la evolución social cuyo objetivo fue atender las carencias en el campo mexicano y sus repercusiones.
La presencia de Zapata es una referencia de una lucha agraria inconclusa, manoseada por liderzuelos, vividores y politiquillos que se enriquecieron bajo su memoria, prolongando una encarnizada búsqueda de poder, de tierras, manteniendo arrinconados a los campesinos que buscaron un pedazo cultivable con la debida certeza jurídica.
Han pasado cien años de aquella traición del coronel Jesús Guajardo en la hacienda de Chinameca, una invitación a una comida fue el ardid, impacientes las huestes de Guajardo seguían a detalle la entrada de Zapata, montando su caballo, seguido por su estado mayor integrado por diez hombres, posterior a la recepción de honor que consistió en tres toques de clarín, se abrieron las puertas de la hacienda para que le fuesen presentadas las armas, mismas que dispararon en dos ocasiones cegando su vida de una manera cobarde, alevosa. He procurado conocer la historia de la Revolución, desde su origen hasta los capítulos que se cortan con la muerte de sus principales actores. La Historia de México me ha apasionado y me ha formado, me ha dado fortaleza para crecer.
El pasado día 10 de abril, busqué el homenaje público, visible, ostentoso y me quedé con la intención de ver ondear la bandera a media asta en el palacio municipal en Coatepec, la efeméride del sacrificio del líder agrario pasó casi desapercibida, cien años sin Emiliano Zapata, pesar que el palacio municipal fue depósito temporal de cadáveres de combatientes revolucionarios, precisamente en los corredores, cuerpos acribillados, cuerpos bajados de árboles o postes donde fueron colgados.
Sin embargo el gobierno federal ha decretado que 2019 sea dedicado para conmemorar la presencia y aportación del admirable líder agrario. Tenemos pues todo este año para acercarnos a conocer su vida, sus inquietudes, observar las imágenes del archivo Casasola que lo perpetúa en el tiempo, buscar bibliográficamente su paso por nuestra historia nacional.
Lo seguiremos encontrando en los billetes, en alguna escultura ecuestre, en los corridos narrados por López Tarso, en las películas interpretadas ya sea por Antonio Aguilar o por Alejandro Fernández, Lucero y Jesús Ochoa.
Una justa mención de la presencia del caudillo del Sur, tan ausente y asquerosamente utilizada por los asesores de imagen de López, el de Tepetitán, Tabasco.
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