lunes, 27 de noviembre de 2017

Cerca del Cielo.

Por: José Ramón Flores Viveros.

Santo, el Enmascarado de Plata.
I de III PARTES.

Sin lugar a dudas, la más grande leyenda de la Lucha Libre Mexicana y quizás del mundo entero, es la del legendario SANTO el ENMASCARADO DE PLATA, un hombre que enfrentó a las máximas estrellas del pancracio internacional, convirtiéndose en uno de los más grandes ídolos de Latinoamérica.


Rodolfo Guzmán, el verdadero nombre del Santo, se inició en la lucha libre desde los dieciséis años, empezando a entrenar con gran esmero y dedicación. Dos años después se inició en el profesionalismo bajo el nombre de Ruddy Guzmán, tratando de emular las hazañas de su hermano Miguel “Black” Guzmán, todo un luchadorazo.
Sin embargo, Rodolfo pasó sin pena ni gloria en sus inicios, no era malo, pero tampoco lograba meterse en el gusto del aficionado, por lo que decidió enmascararse y encarar un nuevo personaje.

Rodolfo se hizo una máscara, un nuevo equipo, y un par de meses después, se presentó como El Hombre de Rojo. Nuevamente la misma historia, ni pena ni gloria, y el público seguía sin tomarlo en cuenta. Sin embargo, no cesó en su empeño, y empezó a pensar la forma de meterse en el gusto de la afición. Dejó el equipo del Hombre de Rojo, confeccionó  otro, y claro con una nueva mascara.

Tratando de conseguir fama y fortuna, Rodolfo Guzmán se enmascaró como el Murciélago II, aprovechando un poco la fama de Jesús “El Murciélago” Velázquez.
Los resultados esta vez fueron sensacionales, en un par de meses, el Murciélago II se convirtió en el novato sensación, pero esto acarreo los celos de “El Murciélago” Velázquez, quien le dijo a Rodolfo, que ya no podía luchar más con ese nombre, éste se quedó pasmado, sin ánimos; tanto trabajo que le había costado conseguir algo de fama y de pronto sus sueños se fueron por la borda.

Abatido buscó platicar con su gran amigo y protector, Don Jesús Lomelí, quien le dijo que no se preocupara, que él se encargaría de que unos días más tuviera un nuevo e impactante equipo. En ese entonces Rodolfo tenía ya 20 años, pesaba aproximadamente 55 kilos, y cargaba en sus espaldas, un costal repleto de ilusiones, cuando por fin encontró el tesoro más grande de su vida: regresó con Don Jesús Lomelí días después, su gran amigo le había cumplido, ya le tenía un nuevo equipo, uno totalmente plateado.

Ahora había que elegir un nombre, Don Jesús había pensado en El Santo, El Diablo o El Ángel; Rodolfo se decidió por el primero de ellos, y con cerca de siete pesos, se puso a hacer el equipo que fue sumamente humilde, la máscara era un verdadero horno, pues era de piel de cochino, y dentro de ella, el calor era insoportable.

Nace el Santo, a partir del momento en que Rodolfo tomo la máscara y el personaje de El Santo, su vida cambio por completo, pues parecía que la fama y la fortuna acompañaban a su nueva indumentaria. El 26 de julio de 1942 será una fecha histórica para la Lucha Libre Mexicana, ese día en la Arena Nacional, el Santo se presentaba por primera vez en los encordados profesionales, su debut fue dentro de una batalla campal, en la que de inmediato demostró sus cualidades, logrando llegar hasta la final. Ahí el Santo tubo que medirse con el Lobo Negro, quien lo estaba dominando ampliamente, la desesperación hizo presa del plateado, quien no encontraba la manera de derrotar a su enemigo, entonces, el joven Enmascarado de Plata, optó entonces por la violencia, empezó a faulear a su rival…Continuara…
(Tomado de la Revista Arena de Lucha Libre, Febrero 1 de 1994).

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