EDITORIAL
Malos
aires recorren Veracruz: la incontenible violencia con rasgos de crueldad
inéditos, tiene absolutamente rebasada a la autoridad y secuestrada la
tranquilidad de la población. La esperanza y la ilusión de una vida “normal” se
encuentra en estado crítico. Se suma a este cuadro catastrófico como
consecuencia del mismo, la depresión en la actividad económica. Es tal el
estado de incertidumbre y zozobra que se vive, que se hacen invisibles
fenómenos pese a que la realidad, terca como es, se empecina en mostrarlo, y
entonces nos ubicamos en la órbita de un círculo vicioso de indiferencia.
Una
de esas realidades invisibles, convertida en una asignatura pendiente de
acreditar por nuestra sociedad, es la ancestral violencia, las enormes
injusticias cometidas contra la mujer, la sistemática violación a sus derechos
humanos.
En
el marco de la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la
violencia Contra la Mujer, establecido así, desde 1999 por la Asamblea General
de la Organización de las Naciones Unidas, en un ejercicio crítico y
responsable, conviene hacer un recuento de los pendientes en tan sentida
materia. El que ocho de cada diez mujeres en el mundo sean violentadas, resulta
aterrador; el no reconocer salario igual a trabajo igual por razón de género,
es inadmisible; detestable es el impúdico acoso para la mujer en centros de
trabajo, de estudio y en la calle; relegar a segundo orden el apellido de la
mujer en la filiación de los hijos, es anacrónico; la persistencia de oficios
reservados para los hombres, debiera ser abolida. Injusta deviene ser la carga
de trabajo doméstico de la que históricamente se ha responsabilizado a la
mujer. Qué otra cosa pueden constituir estos ejemplos, sino violencia.
Por
desgracia, lejos de abatir los índices de violencia contra la mujer, se
incrementan y agravan. Los feminicidios van en aumento de manera alarmante y no
deja de ser paradójico que al interior de los hogares que debiera ser el
espacio de mayor seguridad, sea donde se cometen con recurrencia los actos más
atroces de violencia y donde se reproducen los estereotipos machistas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario