lunes, 26 de marzo de 2018

REFLEXIONES Por: Héctor Hernández Parra

Existen ciertos comportamientos o conductas que se consideran deformaciones de la Participación Ciudadana y que adoptan algunos grupos de personas que interactúan en diversas actividades sociales.

En ocasiones estas maneras de comportamiento pasan desapercibidas.

En el terreno de la política es donde se percibe con mayor claridad.

A continuación analizaremos algunos ejemplos:

Las y los militantes, o simpatizantes se comportan como si fuesen CARNE DE CAÑON utilizados exclusivamente para desempeñar ciertos objetivos electorales.

Este fenómeno se da cuando se acerca la necesidad de llevar a cabo asambleas, convenciones electorales, sesiones de consejo y por supuesto campañas. Se hace necesario desarrollar actividades de reclutamiento, afiliación y acercamiento selectivo de personas incondicionales, casi siempre de ocasión; de inmediato, una vez alcanzado el objetivo, el beneficiario dará la espalda a quienes fueron reclutados con una lluvia de atenciones, premiadas con baratijas, promesas falsas y un sin número de evidencias fotográficas, la consecuencia será la ingratitud instantánea.

Otro caso es el de aquellos correligionarios débiles que son captados o atrapados por un líder, el cual los retiene bajo ciertas artimañas o amenazas, como la promesa de dádivas a futuro, el hilo conductor será la corrupción y el autoritarismo, en Psicología a esta patología se conoce como Síndrome de Estocolmo, ya que se actualiza una extraña interrelación de simbiosis e interdependencia, un fenómeno que mantiene cohesionado este nexo colectivo, se da un hechizo siniestro por parte del jefe del grupo que ejerce este extraño coto de poder.

En fecha próxima continuaremos analizando otros casos.


CONTACTO: hectorhernandezparra77@gmail.com

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