Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón nació el 6 de Julio de 1907 en Coyoacán, México, por entonces un suburbio de la Ciudad de México. Marcada por la polio que sufrió de niña y por las graves secuelas de un accidente durante su adolescencia, utilizó la pintura como medio de expresión con el que aliviar el dolor de los episodios más duros de una vida que luchó por poder vivir. “Creían que yo era surrealista, pero no lo era. Nunca pinté mis sueños. Pinté mi propia realidad”. Con estas palabras Frida Kahlo se desvinculaba del movimiento artístico al que pretendían ligarle. Creó una pintura absolutamente personal, ingenua y profundamente metafórica al mismo tiempo, derivada de su exaltada sensibilidad y de varios acontecimientos que marcaron su vida.
Debido a las 35 operaciones que se le realizaron después del accidente, la joven Frida quedó postrada en una cama, por lo cual comenzó a pintar y a través de esta actividad se relacionó con la sociedad artística de la época, entre ellos, el artista Diego Rivera (1886-1957), con quien se casó en 1929, y tras el enlace vivieron en La Casa Azul, que sirvió como estudio para ambos.
Con una clara influencia de Rivera, y haciendo referencia al terrible accidente de 1925 en el que el autobús en el que viajaba fue arroyado por un tranvía, Frida pintó en 1929 ‘El autobús’. En ella la artista representa diferentes arquetipos de la sociedad mexicana: una ama de casa, una mujer amamantando a un hijo, un “gringo” que sostiene una bolsa de dinero, una joven en el papel de la propia Frida, y un hombre de peto azul como la persona que la ayudo a deshacerse de las piezas que le atravesaron el cuerpo durante el accidente que le provocó la fractura de la columna vertebral, de varias costillas, de la clavícula y de la pelvis.
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