“Al Pueblo de México le expreso que quien lucha con pasión, vence con dignidad”
Juan Carlos Atzin Calderón
La Plaza de las Tres Culturas fue el punto de encuentro del despiadado actuar de aquel gobierno que parece más vivo que nunca, mismo que no ha podido dar respeto a los derechos civiles y políticos, hechos que han venido dejando una profunda herida en nuestro país, herida que no se ha cerrado, situación no esclarecida cinco décadas después.
Los ecos de Lecumberri inundan los oídos del Pueblo mexicano que tienen memoria, entre el Archivo General de la Nación se encuentran los restos de pólvora, de la memoria e ideales de Pancho Villa, Siqueiros, José Revueltas, restos de las represivas decisiones de Gustavo Díaz Ordaz que concluyeron en cifras inexactas de muertos y desaparecidos aquella noche negra en la historia de México. Los mismos ecos y el mismo archivo gritan entre los muros del Palacio Negro a la espera de justicia ante los hechos perpetrados por Díaz Ordaz y todos los exfuncionarios acusados de lo que catalogó el poder judicial mexicano como presunto genocidio; personajes que nunca pisaron la cárcel debido a que el delito había prescrito, no fueron juzgados por los tribunales, pero la memoria del Pueblo mexicano les juzgará eternamente.
Hoy Guillermo Vázquez recuerda como si fuera ayer las posiciones de los francotiradores, junto a más memorias nos ilustran la realidad, la razón central del movimiento estudiantil, mismo que pugnaba por poner fin a la represión dada por el entonces gobierno, y la exigencia de la libertad de los estudiantes incómodos que habían sido encarcelados; ve a integrantes del batallón Olimpia poniéndose los guantes blancos que segundos después tiraron del gatillo. Félix Hernández transmite desde la Cámara de Diputados su mensaje, donde habla sobre sentimientos profundos, palabras que dejan ver la herida que corroe el alma y la memoria de una sociedad entera, habla sobre una herida que sigue sangrando, donde la violencia del estado se sigue sumando, escenario donde los padres siguen llorando a sus hijos, mismos a los que se han sumado ya miles, incluidos los familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa, además el sufrimiento de los familiares de las personas desaparecidas en Veracruz, de quienes fueron torturados en la academia del Lencero en el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, con la mano firme de Bermúdez Zurita.
A cinco décadas de aquel sangriento día, los gobiernos siguen teniendo una enorme deuda con el Pueblo de México, que dicho sea de paso al parecer continuará en incremento, urge la llegada de la Justicia a tantos sectores marginados, desprotegidos y vulnerables en nuestro país, urge la organización, la unidad de la sociedad civil, la humanidad y sensibilidad ante tantos sucesos lamentables que se siguen dando en nuestro día a día.
Se ha luchado constantemente por la libertad de reunión, de prensa, de libertad para los presos políticos, con avance significativos, pero la lucha por la justicia de aquella noche de Tlatelolco no termina, ni con el arresto domiciliario de Luis Echeverría, ni con la muerte de Díaz Ordaz, ni con la transición gubernamental, ni con la llegada de lo que llaman la cuarta transformación, misma que los mexicanos esperamos que no se convierta en transformación de cuarta. A cincuenta años, ni perdón ni olvido.
¡02 de octubre no se olvida! ¡AHORA es el CAMBIO!
Contacto: WhatsApp: 2282153412 Correo electrónico: juancarlosatzincalderon@gmail.com
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
No hay comentarios.:
Publicar un comentario