“Los perros tienen la virtud de que lo escuchan a uno, pero lamentablemente nunca contestan, aunque tal vez sea mejor así. Tal vez si contestaran a las preguntas de sus amos dejarían de ser el mejor amigo del hombre.”
Ramón Cerdá
El perro es un animal que se ha ganado un lugar muy especial en el corazón del ser humano, desde compañía, protección y asistencia, hasta deportes y competencias, el perro ha demostrado que es un animal sobresaliente. El respeto y el amor que se le tiene a veces raya en lo exagerado, pero la realidad es que los humanos somos, en la mayoría de los casos, tan difíciles de entender.
Incluso en la ciencia, los perritos han formado parte de su historia, pronto nos llega el nombre de Laika o la imagen de Pávlov viendo salivar a sus perros, eso sin contar a todos los que fueron mascotas de los científicos que acompañaron e inspiraron de cierta manera para lograr contribuciones o trabajos importantes. Cabe resaltar la importancia de los peludos amigos en otras disciplinas como en las labores de rescate.
“Canis lupus familiaris”, es el nombre científico del perro y el del lobo es “Canis lupus” y la familiaridad de su nombre radica en que el perro desciende del lobo; miles de años de evolución llevó al perro a acercarse tanto al hombre que se volvió su amigo, pero, ¿Qué pasa con el lobo, por qué a pesar de ser tan parecidos no se comporta como lo hacen los perros domésticos? Resulta que la domesticación del perro hizo evolucionar su capacidad cerebral que se centra en la atención y adaptación de la compañía del ser humano, es decir, gracias a que el perro logra poner atención y sabe que una persona es la encargada de alimentarlo y cuidarlo mantiene un estado de comodidad y supervivencia. Es por eso que si en un bosque nos encontramos con un lobo, su instinto le hará defender su territorio y buscará eliminar cualquier amenaza, tal y como ocurre con un perro desconocido que podríamos hallar en una calle solitaria, pero la diferencia entre los dos es que al perro le podemos hablar y posiblemente se acerque con curiosidad a nosotros y el lobo, definitivamente intentará atacarnos.
Es importante destacar que la domesticación del perro ha llevado también a la creación de “razas” cuya finalidad ha sido a consideración del hombre, ya que busca ciertos tipos de temperamentos y comportamientos particulares, así como apariencia estética; este tema incluso ha llegado a extremos como la amputación de orejas y colas de los perros cuya práctica ya lleva en sí polémica por parte de los protectores de animales y quienes hacen este tipos de prácticas.
Ha sido tanta la cercanía entre el hombre y el perro que mantenemos parecidos hábitos alimenticios, relaciones sociales e incluso, enfermedades.
Otro punto importante es cómo hemos colocado al perro en un tipo de supremacía animal, por ejemplo, buscamos todas las comodidades para la mascota pero poco a poco vamos terminando con otras especies salvajes y tan marcada la diferencia es que existen más de 400 razas de perros y en total millones de ejemplares por todo el mundo y el lobo sólo habita en ciertas regiones muy limitadas y es una especie amenazada.
Si bien las condiciones actuales nos permiten tener al lado mascotas que viven muy bien entre nosotros, deberíamos tener el mismo respeto tanto para el animal con el que paseamos por la calle, como para el que vive en un bosque, incluso como para el que nos sirve de alimento, al fin y al cabo, el mejor amigo del hombre no debe ser sólo el perro, sería mejor que el hombre sea el mejor amigo de cualquier animal.
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