lunes, 13 de mayo de 2019

Editorial


En la antigua Grecia la figura del maestro representaba la formación espiritual y moral de la niñez y de la juventud; para ellos, el maestro era quien formaba el carácter del discípulo y velaba por el desarrollo de su integridad moral, orientada a la formación del alma y al cultivo de los valores éticos y patrióticos. Aristóteles afirmaba que las virtudes morales se desarrollaban con el hábito, ya que no las poseemos por naturaleza, las adquirimos ejercitándolas.

En México, la primera conmemoración del Día el Maestro se llevó a cabo en 1918. El decreto fue firmado por el presidente Venustiano Carranza. La propuesta pretendía que se instituyera un día en homenaje a los maestros y que fuera el 15 de mayo, fecha conmemorativa de la toma de Querétaro. (El Día Mundial del Maestro, instituido por la UNESCO, se celebra el 5 de octubre). Además, se debe ubicar a un personaje central en la historia de la educación religiosa: San Juan Bautista de La Salle, quien fue un sacerdote y pedagogo francés, quien el 15 de mayo de 1950, fue declarado Patrono universal de los educadores.

Ningún otro profesional impacta como el maestro en la sociedad ya que él es el encargado de moldear el recurso más valioso de un país: sus niños y sus jóvenes. El maestro tiene la labor de inculcar valores, principios, espíritu de lucha y carácter en las nuevas generaciones; ellos son quienes cimientan a la persona del mañana, quienes inculcan la base sobre la que se erigirá el destino del país.

La educación continúa siendo el pilar del sistema social, político y económico de una nación, ya que los maestros son los guías y la clave de un mejor futuro para todos, dado que al transmitir los valores universales contribuyen a que los alumnos lleguen a ser ciudadanos del mundo en el siglo XXI. El liderazgo de los maestros debe caracterizarse por el amor y el respeto a la vida, eje del crecimiento espiritual, así como por la lucha contra la codicia, la mentira, la deshonestidad, etc., con miras a incrementar la capacidad de servicio y el pensamiento crítico de los estudiantes.

Debemos valorar que nada puede remplazar a un buen maestro, por ello es necesaria una sólida capacitación y un apoyo permanente, a fin de mejorar su desempeño y los resultados del aprendizaje en los alumnos, así como emprender acciones dirigidas hacia la reconstrucción del tejido social, ya que los maestros son mediadores entre la sociedad y el individuo.

La principal asignatura de los docentes debe ser brindar los conocimientos necesarios para que el educando descubra las herramientas y los principios que le permitan construir un mundo más justo, equitativo y tolerante.

Feliz Día del Maestro a todos los que ejercen esa apostólica profesión…

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