martes, 25 de junio de 2019

DESDE EL AULA - Por: Prof. Julio Hernández Ramírez


Mucho te agradezco el favor de que hayas leído mi colaboración anterior y más la generosidad de compartirme tus comentarios que me hicieron recuperar cosas del baúl de los recuerdos. Coincidencias que da la vida, no te conocía. En la primera etapa de nuestra historia laboral llegamos juntos al Comité Estatal de la Organización Sindical, tú, con muchos atributos y buen padrino, yo con esa manía de mantener mi mente ocupada y no siempre guardarme lo que pienso.

Dices ver en mis líneas una vertiente de crítica y otra de lejanía a la vez que me recomiendas ser prudente para evitar que alguien se sienta aludido y se enoje como ha sucedido en otras ocasiones. Déjame que disienta. Creo que muchos de los vicios que a lo largo de los años se vienen repitiendo tienen como causa la actitud cómoda de no decir nada para no molestar y quedar bien, tú lo dices, que no estuve en la recta final cuando las prácticas de corrupción eran la constante y que nadie dijo nada, todos guardaron silencio y agacharon la cabeza con disimulo, permitiendo que se vulnerara un prestigio construido durante décadas de lucha.

Afirmas que existe un reconocimiento a la inteligencia, en verdad anhelo compartir tu optimismo porque creo que nos debemos reverenciar frente a ella, no vaya a ser que caigamos en la práctica nefasta de preferir la frivolidad, atrapados en las redes de un patético complejo narcisista, porque debes saber que la inteligencia resulta incómoda para quienes con pocos méritos buscan el lucimiento personal y suelen rodearse de bufones y cínicos aduladores.

Ante todo la tolerancia, recomiendas. Admito coincidir en el punto, aunque tal vez la pensemos diferente. No la concibo llevada al extremo y aceptar todo, ni mucho menos tomarla como bandera para acallar las voces que diciente o que expresan una crítica.

Aprecio tu sugerencia de cercanía para ver mejor las cosas y comprender comportamientos conociendo causas, aunque hay ocasiones en que desde la distancia se atisba mejor. Te asiste la razón cuando afirmas que hay luchas que deben darse desde adentro, los abandonos nunca me han gustado. Me considero de una sola militancia. Pierde cuidado, no hay en mí resentimiento alguno, por el contrario, los afectos permanecen intactos y me anima el afán de no olvidar para no caer en ingratitudes.

Las tentaciones se guardan traicioneras a la vuelta de la esquina, por eso hay que ser cautos y de cuando en cuando hacer un alto parta intentar hacer un ejercicio de auto critica. Nunca es tarde para corregir entuertos, retomar caminos, revivir propósitos y mirar alto.

Como ves, las coincidencias son muchas. Una más, el fervoroso deseo de que a nuestros amigos les vaya bien.

P.D. Criticas mi militancia partidista. Llegaron los tuyos, admítelo, a seis meses de distancia no encuentras motivo de orgullo.

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________



No hay comentarios.:

Publicar un comentario