Primera de dos partes.-
En la bella ciudad y Pueblo Mágico de Coatepec, existe una casa que nos gustaría que todos conocieran, pero antes vamos a hablar de la persona que está detrás de todo esto: el maestro Raúl Monge Alarcón; originario de este colorido Pueblo Mágico.
Raúl Monge siempre se ha caracterizado por su grandísimo gusto por la música, heredado de sus padres. Desde muy pequeño empezó a tocar el órgano electrónico, pero no tanto porque le gustara, sino porque fue el instrumento que su padre quería que aprendiera. Aquellos tiempos no son como los de ahora en los que tú eliges el instrumento que más te llame la atención, sino que hacías lo que tus padres dispusieran para ti.
Los años pasaron para Raúl y cuando tenía quince años, durante un encuentro musical en el DIF ocurrió algo que cambiaría su gusto musical y su vida para siempre… En ese momento quedaría profundamente enamorado del instrumento que protagonizaría gran parte de su vida: el Arpa.
En ese encuentro musical, recuerda Raúl, que se le quedó viendo a una niña que tocaba el arpa, el sonido era tan bello que quedó deslumbrado.
Al haber quedado tan sorprendido por el ritmo del arpa, les expresó a sus padres su curiosidad por aprender a tocar este instrumento… Sus padres en primera instancia pensaron que sólo sería un gusto pasajero, así que no estaban del todo de acuerdo con su nuevo gusto. Pero fue su abuelo quien le dijo que le compraría un arpa, sí y sólo sí entonces no cambiaba en definitiva su decisión de aprender. Raúl aceptó la condición de su abuelo, dejó el órgano por tocar el arpa.
Así fue como comenzó a aprender el arte de tocar el arpa. Fue muy fácil para él comenzar a tocar porque ya tenía conocimientos de música. Comenzó sus estudios en el Centro Cultural del ISSSTE, más tarde su maestro comenzó a ausentarse y él necesitaba aprender más, fue así como mediante una ex compañera que tuvo en Yamaha, lo contactó con su papá quien es hija del Maestro Alberto de la Rosa quien a su vez es Director de Tlen Huicani.
El Maestro de La Rosa le hizo una prueba a Raúl, y al ver su talento con el arpa decidió aceptarlo en Tlen Huicani bajo el cargo del Maestro Víctor Valdés.
Así pasaron los años, y Raúl fue viendo que los niños de ahora están creciendo enajenados, que el mal uso de la tecnología que les está quitando el gusto de aprender cosas nuevas. Fue por eso que tuvo la iniciativa de enseñarles a los niños el arte de tocar el arpa.
Siguiendo la filosofía del Maestro De la Rosa quien ha dicho “Lo más fácil es no hacer nada”, Raúl Monge decidió comenzar de cero un proyecto que más tarde lo haría probar el reconocimiento de gente de todo el mundo, un proyecto que ha tocado corazones con su música y con el arpa.
Aunque su objetivo no ha sido hacer músicos, ha logrado que estos niños forjen su propia identidad, que con orgullo sientan lo que son y que a lo largo de su vida recuerden su enseñanza.
Raúl se encargó de sembrar y regar la semilla enseñándoles lo elemental, paso a paso y con paciencia, no ha sido fácil ese camino, pero con el tiempo y la constancia ha logrado cosechar frutos de esos niños que son la semilla, y el fruto han sido los éxitos que están cosechando alrededor del mundo.
Continuará…
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