martes, 27 de agosto de 2019

CON-CIENCIA Por: Sergio Jimarez



Come frutas y verduras


“La alimentación y la agricultura son el frente
y la espalda de un mismo cuerpo.”

Masanobu Fukuoka



El sustento de la vida moderna lo encabeza el trabajo, la vivienda y la familia; los mecanismos sociales se extienden en redes que mueven el gigantesco engranaje que hoy en día, nos mantiene en un puesto como actores y espectadores disfrutando de todas las maravillas del mundo. Además, la vida actual resulta en un complejo sistema que cada día se moderniza dando nuevas vertientes que se ganan un lugar indispensable como por ejemplo, el internet, los medios de comunicación y la tecnología.

La humanidad, desde que dejó de ser nómada, inició un proceso de transformación tan importante que nunca ha parado, tal vez, el invento más crucial ha sido la agricultura, todas las técnicas de reproducción, desarrollo, recolección y almacenamiento dieron la oportunidad al hombre de trascender frente a sus semejantes vivos.

Entendemos la importancia de la agricultura, gran parte de la alimentación mundial está basada en esta actividad, pero, ¿Qué hubiese pasado si esto no existiera? Podemos pensar que era inevitable, pero podemos parar un poco en este punto; de manera intuitiva es la forma más directa de garantizar sobrevivencia.

Alejados tantos miles de años desde el primer grano que germinara de la mano del hombre, nuestro ejercicio mental nos lleva a varias conclusiones:

La agricultura empeoró la alimentación, el hombre recolector se alimentaba de raíces, semillas, pequeños roedores y moluscos; el establecimiento de la agricultura hizo nutrir a las personas con un tipo de alimento nada más, este fenómeno es el equivalente a la domesticación y con ello, aparición de enfermedades y algunas carencias.

La salud empeoró puesto que la actividad recolectora permitía que la alimentación llevara poco tiempo al día en comparación a la alimentación cultivada; nuestros antepasados tenían más tiempo libre y con esto un mejor desarrollo de su organismo. La ocupación de un agricultor debe disponer de tiempo para el cuidado y tratado de sus sembradíos, además de mantener posturas no naturales durante largos periodos.

La población empezó a crecer exponencialmente; los grupos humanos tuvieron mucho éxito con la sobrevivencia, lo que permitió la procreación en mayor número con mejores expectativas de vida; la agricultura permite alimentar más bocas, lo cual hace que se entre a un círculo vicioso: un mayor número de personas se combate con mayores áreas de cultivo pero al mismo tiempo, el crecimiento de las poblaciones reducen el espacio que podría dedicarse a sembrar (eso sin tomar en cuenta que las grandes extensiones de campos de cultivos también son perjudiciales).

Otra desventaja es que la agricultura marcó mayores desigualdades. Cuando un alimento se produjo en masa y presentó mucho éxito, las personas que se especializaron en las técnicas particulares, pudieron almacenar más y mejor estos alimentos favoreciendo tratos que le dejaran mayores beneficios en comparación con el vecino que cultivaba menos. Es lo mismo que comparar al agricultor gigante modernizado con el campesino con una pequeña parcela.

Podríamos enlistar más consecuencias de lo que ha sido la agricultura, no es que esto sea un mal, al contrario, pero siempre es bueno pensar que el progreso debe llevar consigo minimizar los daños colaterales. La agricultura nos ha llenado de muchos beneficios y hoy en día nos toca contribuir buscando tener una mejor alimentación, que sea más variada y que evitemos el desperdicio, fomentemos el autoconsumo y conservemos reforestados más extensiones de terreno.

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