martes, 24 de septiembre de 2019
DESDE EL AULA Profe. Julio Hernández Ramírez
“La cuarta”
El entorno en que vivo me concede la suerte de convivir a menudo con trabajadores del campo. Los conozco en sus afanes y temores. Siempre me ha sorprendido la precariedad del ingreso con el que viven, hasta donde se ve, quizá en apariencia, feliz. Tal vez sea por el fervor de su fe y las encomiendas constantes al santo de su devoción y muy particularmente a la virgen morena, como sus rostros expuesto todo el día al sol que con la misma luz que abraza, quema.
Me divierte el sutil humor del que hacen gala, sus cantos a media voz de amor y des amor, a veces subidos de tono como queriendo acallar un dolor que rápido conjuran con una carcajada que hace eco en la cañada. En ellos se actualiza en lo cotidiano las sentencias del poeta: “vida dos veces santa, la que en su propio dolor labora y canta”.
Pese a las limitaciones de su economía no quedan al margen de las tecnologías, casi todos cuentan con su celular, algunos reducen su uso a la música, otros, los mas jóvenes acceden a las redes sociales y a veces emiten juicios certeros que se expresan sin preámbulos justificatorios en un lenguaje sin rebuscamientos, claro y contundente.
Después del almuerzo sentados a la sombra de un encino negro, especie que muchos parecen tener urgencia en extinguir, alguien comenta como para sí: “que poca, no se vale”.- qué.- le contestan al unísono.- responde la misma voz: “la mentira y el engaño, que lucren con la esperanza y la necesidad.- ¿por qué lo dices?. Miren ustedes, ¿como no voy a estar enojado? A principios de año con bombo y platillos se anuncia un apoya “emergente y extraordinario” para los productores de caña de azúcar y café, se nos indicó que se llevara acta de nacimiento, curp, credencial de elector, comprobante de domicilio, R.F.C, titulo de propiedad o contrato de arrendamiento en el caso de los cañeros hoja de liquidación de la ultima zafra y que tal documentación la lleváramos a una oficina que le dicen CADER, que está allá por donde antes se hacía la feria, ahí nos tomaron fotos, dejamos nuestras huellas y nos daban un papel que le dicen biométrico, había largas filas, a mi no me tocó el primer día, tuve que regresar perdiendo dos días de trabajo, gastando en taxis y sin comer, ah, pero eso sí, quedamos bien checaditos y localizables.
Días previos al informe del presidente, no se si fue el primero, el segundo o el tercero, con eso de que hoy todo se frivoliza, nos volvieron a llamar pidiendo los mismos documentos, otra vez las filas, la perdedera de tiempo, para que me salieran con que no aparecía en la lista de beneficiarios, pero que no me preocupara, puesto que el señor presidente no quería que nadie quedara fuera del apoyo, pero que debía esperar a la siguiente etapa que no se sabía cuando sería y miren ustedes, la fecha en que estamos y nadie ha recibido tal apoyo…. ¿qué esperanza tengo yo?.... silencio. Luego un, no, pues si tienes razón en estar enojado.
¿De cuarta?
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