DESDE LA FINCA

Cabañuelas y los niños.- Las fincas en lomas y laderas lucen esplendorosas. El clima les favorece en esta cosecha porque pareciera que las cabañuelas son puntuales. Amanece lluvioso, a medio día baja la temperatura haciendo sentir el invernal frío y luego, por la tarde, aparece un sol resplandeciente. Los campesinos, conocedores del clima y del terreno, se adaptan a todo. Disfrutan su trabajo y lo hacen contentos. Sobre todo ahora que es cosecha y que les reditúa un buen ingreso, que les permite cubrir otros gastos además de sus elementales necesidades. Pueden comprar herramientas y utensilios de cocina, ropa, zapatos y una modesta cantidad “p’al jarrito”, es decir un ahorro que les permite subsistir cuando la cosecha se acaba y los jornales se reducen. Esperando que la lluvia se pase, el viejo campesino departe con nueras, hijos y nietos mayores, alrededor de la vieja mesa de madera donde disfruta un humeante jarro de café negro que acompaña remojando un pan. Los chiquillos ya regresaron a la escuela por lo que solo lo rodean adultos. Algunas mujeres están ‘echando’ tortillas las cuales se esponjan en el encalado comal de barro. La lumbre del bracero también proporciona un ambiente cálido en la casa de madera, que hace que el frío ni se sienta. Al calor de la charla es inevitable comentar la noticia que suena en todas las estaciones del radio, sobre el niño que con dos pistolas disparó a sus compañeros y mató a una maestra. “Ave María purísima” se le escucha decir a la abuela que con incredulidad le pregunta al viejo mentor de varias generaciones, educado con el rigor de la autoridad paterna y con la ternura y abnegación materna: “¿Hasta dónde vamos a llegar con tanta violencia?”. A lo que el viejo quijote de las cañadas, autodidacta y preceptor de la prole, con la magisterial autoridad que dan los años, sin dejar de beber su brebaje, se dispone a brindar su elocuente conferencia: “Ese tipo de hechos, como disparar o matar a alguien, solo lo hace una persona con la mente alterada. Y la mente se llega a alterar debido a diversas causas, pueden ser traumas, rencores, odio acumulado, enajenación, trastornos mentales como esquizofrenia o demencia; pero también por factores externos como las drogas. No es extraño en los niños de familias disfuncionales, que además sufren carencias o violencia intrafamiliar, se vean involucrados en hechos de violencia. Además, actualmente los niños están más embrutecidos con la televisión, con esa chiva que llaman interné y con el celular. Ahí pueden ver todo tipo de visiones como violencia, asesinatos, degenere y hasta noticas que dan cuenta de infinidad de atrocidades como secuestros, violaciones, robos, asaltos, extorsiones, descuartizados, fosas clandestinas y mucho más, sin que nadie controle o ponga un alto a esta promoción de la violencia. Al contrario pareciera que a propósito lo ponen para desquiciar a la sociedad. Entonces que no nos sorprenda que los niños replique lo que esos medios les enseñan”. Una de las mujeres le acerca una tortilla caliente con sal y manteca, que el viejo sabio disfruta con pantagruélica alegría. Sin soltar el taco, continúa su exposición: “Cuando nosotros fuimos chicos, nos educaron con rigor y dureza. A los padres se les respetaba totalmente. Lo mismo a los mayores. Nunca se les contradecía y se obedecía sin chistar. Ya sabíamos que cualquier falta de respeto equivalía a una cueriza despiadada con el cinturón o con una delgada varita de durazno flexible que nunca lastimaba pero ardía como fuego. Nos enseñaron a trabajar, además de asistir a la escuela. No se nos permitía decir groserías y las órdenes eran para cumplirse. Nos hicieron buenos ciudadanos porque la perversidad no tenía cabida en nuestra formación. Actualmente todo ha cambiado. Pareciera que los hijos regañan a los padres, les exigen y hasta los amenazan. Han decaído los valores y la consecuencia es evidente. Los padres y los maestros han perdido autoridad y los niños tienen acceso a todo tipo de información. Ese es solo parte de un gran problema, que si no se trabaja para resolverse, en poco tiempo será de peores consecuencias”…

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