REFLEXIONES Héctor Hernández Parra La Ley de Miller.

En la comunicación existe una teoría sorprendente que establece que “El número de asuntos que una persona promedio puede sostener en la memoria, en condiciones normales, es de siete”.

Esta aportación que data del año 1956, la realizó el Dr. George A. Miller, destacado investigador norteamericano en las ciencias de la conducta, quien inició una era que revolucionó la Psicología agregándole el elemento cognitivo, llegó a la conclusión después de sus análisis de la mente humana, concluyendo que los seres humanos poseemos una limitada capacidad de memoria en ciertas condiciones y que alcanza los 8 bits.

En el Laboratorio de Investigación demostró la capacidad de memorización humana a base de ejercitar el cerebro utilizando datos conformados por colores, letras, cifras con números decimales y sin ellos, integrando listados y concluyendo que a corto plazo la limitación de la memoria llega a un estándar de siete elementos, en tanto a largo plazo la capacidad de la memoria llega a ser ilimitada en datos no agrupados. La capacidad humana es menor cuando existe un universo inmenso de información reunida y curiosamente es capaz de retener mucha información sobre una corta disponibilidad de datos.

Se nos ha explicado que el cerebro es un asombroso procesador de información, posee un sistema que puede ser simulado con reglas matemáticas o modelos mismos que son utilizados para su comprensión.

Otras aportaciones de Miller han sido en la Psicolingüística, el estudio de cómo es posible para el ser humano la comprensión del leguaje, su relación con la gramática y el desarrollo del lenguaje independientemente de la lengua que se hable.

De esta manera es posible hacer énfasis en la maravilla intelectual que todos poseemos, de nuestras capacidades.

Una anécdota que me tocó presenciar se dio cuando un niño ofrecía por las calles de Coatepec artesanía elaborada en la región totonaca, pequeños tamborcitos y flautas similares a los utilizados por los voladores de Papantla, figuritas elaboradas con vainilla y muñequitos totonacos, su ofrecimiento fue en español, algunos turistas le propusieron al pequeño comprar un volumen considerable de artesanía, el niño consultó con sus padres en totonaco y minutos mas tarde fue posible cerrar la operación comercial en español.

Nuevamente se reitera la conveniencia del ejercitar nuestro cerebro leyendo, realizando operaciones matemáticas o con juegos donde sea necesario el razonamiento como el ajedrez, el dominó o algunos otros juegos de mesa.

La capacidad del cerebro humano nos sorprende aún en situaciones cotidianas que pasan de manera imperceptible.

Correo electrónico hectorhernándezparra77@gmail.com

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