lunes, 17 de mayo de 2021

EDITORIAL


Este sábado 15 de mayo, se celebra en México el Día del Maestro. Desde hace un año, la pandemia ha dejado de lado los festejos y las reuniones. Este año cobra especial relevancia, pues luego de un año de confinamiento, el pasado jueves el gobernador del estado anuncia el retorno a clases el próximo 24 de mayo. Precisando que el regreso será concertado, paulatino y voluntario. Es importante destacar que la información oficial afirma que todo el sector magisterial ya ha sido vacunado.


Los maestros son aquellas personas que contribuyen en el desarrollo personal y profesional de una gran cantidad de niños y jóvenes. Aportan gran parte de sus conocimientos con la finalidad de formar gente de éxito. 


La historia del día del maestro en México se remonta a 1917, cuando un grupo de diputados enviaron una iniciativa al Congreso para celebrar a los trabajadores de la educación. Dentro de esa iniciativa se propuso que la fecha para conmemorarlo fuera el 15 de Mayo. Se eligió esta fecha para honrar la toma de Querétaro en 1867, cuando el ejército mexicano logró derrotar al Segundo Imperio de México. Sin embargo, también se celebra a un personaje central en la historia de la educación religiosa: San Juan Bautista de La Salle; quién fue un sacerdote y pedagogo francés innovador, que dedicó gran parte de su vida a enseñar y formar maestros destinados a la educación de hijos de artesanos y de niños pobres de la época.


Hoy, con el regreso a clases en puerta, debemos entender que hay un gran reto, sin precedente, jamás enfrentado con el regreso a clases a las aulas, después de que los estudiantes y sus familias han hecho lo posible para hacer de sus hogares centros de aprendizaje. Durante más de un año, las familias se han esforzado para adaptar espacios para que sus hijos continúen sus estudios; los maestros, sin esperarlo, se han convertido en mediadores de una nueva metodología de enseñanza, centrada en el uso de tecnologías y plataformas de telecomunicación. En cuanto a los alumnos, sin mayor oportunidad de prepararse para este cambio de ambiente, han vivido una experiencia de trabajo única, pero inesperada, que los tiene bajo la incertidumbre del verdadero alcance de sus aprendizajes.


Quienes están evaluando los resultados y logros de este proceso, coinciden en señalar como principal limitación, la alta deserción de los alumnos que nunca tuvieron los medios para estar conectados; también reconocen que al no tener alumnos y profesores un dominio de las estrategias de aprendizaje a distancia, el aprovechamiento de una proporción elevada de los estudiantes, ha sido muy bajo.


En este balance hay un aspecto sobre el cual hay coincidencia; todos, familias, alumnos, pero especialmente los maestros, enfrentan una discrepancia: tienen la certeza de haber hecho un esfuerzo extraordinario, sin tener claro cuáles son los resultados, les preocupan profundamente los logros académicos de los estudiantes.


Con todo esto, debemos valorar y reconocer la gran labor que realizan los maestros para formar a muchas generaciones de estudiantes. Loable actividad encaminada a formar buenos ciudadanos. Reciban nuestro reconocimiento y gratitud.







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