lunes, 26 de julio de 2021

Desde Teocelo - Por Angeheca



Confiados en la semaforización oficial, las campañas políticas pasadas y la falta de aplicación y supervisión de las medidas sanitarias mínimas, como la sana distancia, y la necedad de algunos grupos por promover actividades que implican estar aglomerados; el Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave se encuentra en semáforo amarillo y Teocelo en semáforo anaranjado: con riesgo alto de contagio.


Los hospitales para la atención al COVID-19 están casi llenos en esta tercera ola, y los contagios positivos parecen ser más que lo que las cifras oficiales revelan. Esto quiere decir que estamos en una situación peor que el año pasado en las mismas fechas; excepto porque buena parte de la población ya está vacunada, lo cual no quiere decir que sean inmunes.


En Teocelo, aún es posible entrar a negocios que ni siquiera tienen gel antibacterial en la entrada; empleados sin cubrebocas y clientes que entran y salen sin que se les solicite ponerse uno. Autobuses llenos, sin la mínima sana distancia, repartidores a domicilio sin gel y cubrebocas y así podríamos mencionar muchos giros. Y de las autoridades competentes no se ha visto que hagan actividades específicas y constantes para revertir lo anterior. Pareciera que es un “sálvese quien pueda”. No basta emitir un comunicado de restricción, hay que dar seguimiento.


Es curioso cómo, en un tema de salud pública tan delicado como el COVID, ni se aplica la ley, ni se legisla al respecto. El martes 20 de julio, el H. Congreso del Estado de Veracruz aprobó el aborto legal para proteger la integridad y vida de las mujeres, pero no se ha legislado para dar herramientas jurídicas a las autoridades operativas y así garantizar la seguridad del peatón, cliente o usuario que no cumpla con las medidas básicas de prevención ante esta pandemia.


Esto también implica cierto grado de responsabilidad de los ciudadanos, pero quien tiene la obligación por velar por el bien y seguridad de los ciudadanos, es el Gobierno, en cualquiera de sus tres niveles, lo cual los obliga a observar e intervenir en donde haya un área de oportunidad para disminuir o contener el problema.


No se pueden detener todas las actividades cotidianas y encerrar a toda la población a piedra y lodo para contener el virus, sino que se debe continuar la vida, sobre todo la actividad económica, pero con las medidas necesarias para que nuestros seres queridos continúen en nuestra presencia mucho tiempo más.


Esto tampoco implica que contagiarse por COVID -19 sea un estigma, hay personas que no presentaron síntomas y nunca se dieron cuenta de su situación, pero si utilizaron cubrebocas y desinfectaban sus manos constantemente, salvaron muchas vidas sin saberlo.


Reconocimiento a quienes han padecido la enfermedad y lo hacen saber a sus familiares, amigos y personas con quienes convivieron, porque ayudan a prevenir más contagios. De igual forma, el reconocimiento a quienes, sanos, extienden la mano a algún contagiado, con las medidas básicas de prevención, para ayudar a superar la enfermedad de manera más cómoda y segura. 


“Del buen vecino, sale el buen amigo”, y en Teocelo hace falta un poco más de eso.

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