lunes, 2 de agosto de 2021

De las notas del cortador



El mejor amigo del hombre.-


El origen de la frase “El perro es el mejor amigo del hombre” se remonta al año 1869 en (Missouri), cuando el abogado George Vest representó en un juicio a Charles Burden, el dueño de un viejo foxhoun, un perro de caza que fue asesinado a sangre fría por su vecino con varios disparos. El discurso que pronunció el abogado, donde se enmarca la frase, sirvió para que ganaran el juicio y además cambió la historia judicial de Estados Unidos en lo referente a los derechos de los animales. 


Ante la muerte del canino y la evidencia de lo que había ocurrido, Charles prometió a su amigo de cuatro patas hacer justicia por su muerte. En la Corte se rieron de él por pretender celebrar un juicio porque habían matado a su perro. Entonces, la pena máxima contra lo que hoy está considerado maltrato animal era solo de 150 dólares. Perdió el primer juicio, pero recurrió hasta que el caso llegó a la Corte del Estado.


En 1870, un año después de lo ocurrido, al fin llegó el día de la celebración del juicio. Los abogados del acusado minimizaron el hecho de la muerte del perro. Tras reflexionar unos segundos, el abogado de Charles se levantó de su silla y habló de lo único que de verdad importaba: un perro había sido asesinado cruelmente. Y pronunció un discurso apelando a las buenas cualidades de un perro hacia su familia y la fidelidad que le guarda por siempre. Sus palabras sirvieron para que ganaran el juicio, hecho que cambió también la historia judicial de los Estados Unidos respecto a los derechos de los animales. 


Este fue parte del alegato que pronunció el abogado de Charles para hacer justicia por la muerte de su perro: 


“Caballeros del jurado: El mejor amigo que un hombre puede tener, podrá volverse en su contra y convertirse en su enemigo. Su propio hijo o hija, a quienes crio con amor y atenciones infinitas, pueden demostrarle ingratitud. Aquellos que están más cerca de nuestro corazón, aquellos a quienes confiamos nuestra felicidad y buen nombre, pueden convertirse en traidores. 


El dinero que un hombre pueda tener también podrá perderlo, volará en el momento que más lo necesite. La reputación de un hombre quedará sacrificada por un momento de locura o debilidad. Las personas que están dispuestas a caer de rodillas para honrar nuestros éxitos, serán los que arrojen la primera piedra, cuando el fracaso coloque nubes sobre nuestro porvenir. 


El único, absoluto y mejor amigo que tiene el hombre en este mundo egoísta, el único que no lo va a traicionar o negar, es su perro. Caballeros del jurado, el perro de un hombre está a su lado en la prosperidad y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad. Dormirá en el frío piso donde sopla el viento y cae la nieve, sólo para estar junto a su amo. Besará la mano que no tenga comida para ofrecerle, lamerá las heridas y amarguras que produce la lucha con el áspero mundo. Si la desgracia deja a su amo sin hogar y amigos, el confiado perro solo pide el privilegio de acompañar a su amo para defenderlo contra todos sus enemigos.


Y cuando llega el último acto, y la muerte hace su aparición y el cuerpo es enterrado en la fría tierra, no importa que todos los amigos hayan partido. Allí junto a la tumba, se quedará el noble animal, su cabeza entre sus patas, los ojos tristes pero abiertos y alertas, noble y sincero, más allá de la muerte”.


Hoy en las inmediaciones de la Corte de Warrensburg se levanta una estatua en recuerdo al perro Old Drum y a esa batalla judicial que marcó un precedente.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario