lunes, 2 de agosto de 2021

DESDE LA CIENCIA - Q.C. Araceli Valdivia Mercado

La triste historia de las bolsas de plástico



El ritmo de vida tan acelerado de los humanos en estos días,  ha provocado que seamos más prácticos en las diferentes actividades, por ejemplo al comprar. Al ir de “rápido e imprevisto” a algún supermercado, en lugar de llevar nuestra bolsa del mandado recibimos nuestros productos en una bolsa de plástico. Sin embargo el uso habitual de estas ha provocado un severo daño ambiental debido a la irresponsabilidad y cultura de usar y tirar.


Según las estadísticas, cada familia usa alrededor de  650 bolsas que tira cada año. Se utilizan aproximadamente cinco billones por año, siendo su destino final la naturaleza en un 70%. El mar recibe 200 kilogramos de plástico por segundo afectando principalmente a los animales marinos, esto debido a que tarda 500 años para poder degradarse.


Las bolsas de plástico están fabricadas por un derivado del petróleo llamado polietileno. Este compuesto fue descubierto por accidente en el año 1933, en una planta química en Northwich Inglaterra y que se mantuvo en secreto por los militares durante la segunda guerra mundial. En  el año de 1965  una empresa sueca patentó la primera bolsa de una sola pieza y en el año de 1979 sale al resto del mundo.


El uso indiscriminado de las bolsas provocó que en el año de 1997, se comenzara a observar la contaminación en mares. Bangladesh fue el primer país que prohíbe su uso en el año 2002. Y fue hasta el 2018 que la ONU, en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, lanza la campaña “un planeta sin contaminación por plásticos”. Y en este mismo año, nuestro estado fue de los primeros en modificar la ley de residuos sólidos, para reducir su consumo.


Las bolsas de plástico, van a parar a los vertederos, calles, ríos, lagos, mares, océanos y paisajes naturales causando un daño  al ambiente. En   las ciudades provocan que se tapen las alcantarillas causando inundaciones. Y ni se diga las consecuencias para los animales marinos, que al confundirlos con comida mueren ahogados, como las tortugas que piensan que son medusas. Incluso según estudios se han encontrado desechos plásticos microscópicos mezclados con arena y lodo.


Al reducir su uso no tan solo disminuye la contaminación ambiental sino también el consumo de petróleo, que es un recurso no renovable que ha provocado guerras, muertes y derramamientos de sangre en nuestro planeta. Tan solo en un año se utilizan más de cien millones de barriles para fabricar estas bolsas.


Si pensamos que podemos seguir usando las bolsas de plástico y llevar después a algún lugar para reciclar; déjeme decirle que resulta difícil, ya que el proceso de reciclaje es costoso, cuesta cien veces más reciclarlas que producirlas.



Si  queremos poner nuestro granito de arena al reducir su consumo, le invito a llevar su bolsa de mandado al comprar. Si utilizamos una bolsa de tela al ir de compras, se ahorrarían 6 bolsas de plástico por semana, de esta manera ayudamos a nuestro hogar, la tierra.


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