domingo, 29 de abril de 2018

CON-CIENCIA - La medicina del ser humano y de los no humanos - Por: Sergio Jimarez


Una investigación reciente ha demostrado que los orangutanes en la isla de Borneo, Indonesia, practican un tipo de automedicación. La investigación realizada por parte de científicos de la asociación “Borneo Nature Foundation” pudieron comprobar mediante muchas horas de observación, desde el año 2003, que en ciertas ocasiones los orangutanes hembra, tomaban hojas de la planta “Dracaena cantleyi” para masticarlas y producir espuma que posteriormente aplicaban en sus brazos; todo indica que este comportamiento es una especie de tratamiento contra el dolor o inflamación ya que las hembras cargan en hombros a sus crías y este peso extra provoca molestias en estos animales. La base de esta conclusión es que los orangutanes en ningún momento tragaron las hojas de la planta, fue un proceso exclusivo para el tratamiento. 

El comportamiento del reino animal siempre nos muestra un poco acerca de lo sabia que resulta la naturaleza y en este caso, al ser una especie más cercana a nosotros nos ayudaría a deducir cómo pudo haber sido ese primer acercamiento entre el humano y la medicina. Cada cultura, cada país y cada región tienen su tradición ancestral acerca de los tratamientos naturistas; en la actualidad se puede contar con la cura a muchísimas enfermedades gracias al avance de la farmacología y la ciencia médica. Aun así, tomamos de manera eficaz un té o infusión para curar algunos malestares; resulta lógico, puesto que los medicamentos aunque son materias procesadas siempre provienen de la propia naturaleza, plantas, minerales e incluso animales, forman parte del proceso en el que una sustancia es aislada y tratada para poder llegar justo donde se necesita: curar a una persona, animal o planta de vuelta en un ciclo interminable. 

Una de las desventajas de la medicina actual es que al curar un padecimiento puede provocar algún daño, por otro lado, por ejemplo, siempre hemos escuchado de los doctores la recomendación: “tomar el medicamento con los alimentos” y también hemos presenciado lo fuerte que resultan las radio y quimioterapias; esa falta de “precisión” o de direccionalidad poco a poco se ha ido afinando, con el paso del tiempo, los tratamientos se vuelven más eficientes y menos agresivos. En un vistazo al futuro podríamos ver que las enfermedades se tratarán de manera puntual en un proceso limpio y rápido donde se “sacará” del cuerpo la enfermedad sin dañar nada alrededor; la nanotecnología tiene avances muy interesantes en estas ramas y complementando esto, la medicina genómica también gana terreno en la época actual. Esta disciplina se encarga de hacer diseños médicos en los tratamientos tomando en cuenta las características de la persona a tratar de manera individual así como el estudio a nivel molecular de la enfermedad en cuestión; esto significa que la dosis y la forma de administración de los fármacos es totalmente personalizada y los daños colaterales minimizados. 

El constante cambio de la Tierra y de cada elemento que en ella habita, hace que aparezcan nuevas enfermedades, las condiciones externas y los medios en los cuales se desenvuelven las especies también crean nuevas situaciones peligrosas, como por ejemplo, la contaminación atmosférica, la tala inmoderada y la basura de los mares; en un mundo ideal todos tendríamos que vivir en total armonía, viviendo de todo lo que la naturaleza nos ofrece de manera directa, salir a buscar nuestro alimento y respetar a cada especie en el lugar que le corresponde. Hoy, en una vida moderna por lo menos deberíamos conservar ese respeto hacia lo que ya tenemos ganado sin siquiera haber hecho algo para obtenerlo. 

Los orangutanes de Borneo y los habitantes de zonas aledañas tienen algo en común, usan esta planta para las mismas molestias; las propiedades curativas de la “Dracaena cantleyi” están comprobadas, la cuestión es: ¿Cuál especie le enseñó a cuál a usar la planta? Pudo haber sido una experiencia independiente de cada una o simplemente la imitación; como sea, la sabiduría de la naturaleza es la que habla y vuelve  a colocar todo en el lugar que corresponde. 

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