Como cada año, el 3 de mayo está marcado en el santoral católico como el Día de la Santa Cruz, y en esa misma fecha, los trabajadores de la construcción lo celebran en la misma obra donde se encuentran.
En el santoral católico, la fiesta de la Santa Cruz (que se refiere a la cruz de madera donde murió Jesús de Nazaret) se celebra el 3 de mayo por que justo en esa fecha pero de 326 fue cuando se encontró dicha reliquia sagrada para la grey católica.
Escritores sumamente antiguos como Rufino, Zozemeno, San Cristótomo y San Ambrosio, cuentan que Santa Elena, la madre del emperador Constantino, pidió permiso a su hijo, para ir a buscar en Jerusalén la cruz en la cual murió Jesús. Y que después de muchas y muy profundas excavaciones encontró tres cruces. Y la leyenda dice que como no sabían cómo distinguir la cruz de Jesús de las otras dos, llevaron una mujer agonizante. Al tocarla con la primera cruz, la enferma se agravó, al tocarla con la segunda, quedó igual de enferma de lo que estaba antes. Pero al tocarla con la tercera cruz, la enferma recuperó instantáneamente la salud.
El historiador Eusebio de Cesárea refiere también: La víspera de la batalla contra Majencio, el emperador Constantino I “el Grande” tuvo un sueño en el que se le apareció una cruz luminosa y escucho una vos que le decía: “In hoc signo vinces” (con este signo vencerás”).
Constantino, entonces, mando a colocar una cruz en sus estandartes y su bandera era una cruz, sosteniendo que a partir de ese día “creía en Jesús como su madre, Helena”. Al final del día, el triunfo le favoreció y Constantino, en agradecimiento mandó que se detuviera la persecución a cristianos. Al final de su vida Constantino fue bautizado.
Su relación con el día del albañil, aunque no existe una versión oficial del origen de esta tradición, diversas fuentes señalan que por esas fechas de abril o mayo en primavera, los antiguos pueblos prehispánicos hacían sacrificios para pedir buenas cosechas y al fusionarse las culturas con la conquista, esas buenas cosechas se le pedían a la Santa Cruz, y con el paso del tiempo los campesinos al migrar a la ciudades se volvieron albañiles, conservaron la tradición de encomendarse a la Santa Cruz, ya no para buenas cosechas si no para no sufrir caídas o accidentes en el trabajo.
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