lunes, 16 de julio de 2018
“Un Gran Salto Para la Humanidad” 49 Aniversario de la llegada del hombre a la Luna
El 16 de Julio de 1969 la nave, propulsada por un cohete Saturno V, despegaba desde el Complejo 39A del Centro Espacial Kennedy en Florida. Llevaba a bordo a los astronautas Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins. A las 9:32 de la mañana, hora local, el enorme cohete se elevaba sobre el cielo de Florida y 12 minutos después la tripulación entraba en órbita.
Después de cuatro días de viaje y tras abandonar la órbita terrestre y entrar en la lunar, Armstrong y Aldrin pasaron al módulo lunar, llamado Águila, mientras que Collins permanecía en el Módulo de mando Columbia. El Águila se separó del Módulo de mando y comenzó a descender para posarse en la superficie de la Luna, en una zona denominada Mar de la Tranquilidad.
Tras unas horas destinadas a igualar la presión del módulo lunar con la de la Luna, ambos astronautas se dispusieron a poner pie en la superficie selenita. El primero en pisarla fue Neil Armstrong, el 20 de Julio a las 10:56 hora de Florida, ante la mirada de millones de personas alrededor de todo el mundo, que observaron este histórico acontecimiento a través de la televisión. Mientras descendía por la escalera del módulo, Armstrong proclamó la famosa frase: “Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”.
Posteriormente Aldrin, se unió a él ofreciendo una simple pero poderosa descripción de la superficie lunar: “Magnífica desolación”. Una vez que ambos astronautas ya se encontraban sobre suelo lunar, comenzaron a realizar las tareas que les habían sido asignadas.
Quedaba en la superficie lunar la plataforma de frenado del Águila, nave que fue abandonada una vez que los astronautas hubieron pasado al Columbia, con el cual iniciaron el viaje de regreso a la Tierra. La hazaña espacial finalizó cuando el módulo de mando cayó en aguas del Océano Pacífico, no lejos de Hawai el 24 de Julio.
Los astronautas tuvieron que someterse a una cuarentena, ya que podía darse la posibilidad, en realidad remota, de que hubieran traído algún germen desconocido de la Luna. Mientras tanto, las muestras de rocas lunares eran estudiadas por los científicos.
Con la Misión del Apolo XI el desafío del Presidente Kennedy se había conseguido. Los hombres de la Tierra habían caminado sobre la superficie de la Luna y habían regresado sanos y salvos a casa.
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