El término francés ‘vitrail’ llegó al castellano como vitral. Se trata de un sustantivo que alude a una vidriera que exhibe diferentes colores. También conocidos como vidrieras policromadas, los vitrales se fabrican con piezas de vidrio de distintas tonalidades. Por lo general estos vidrios son coloreados con esmaltes y luego ensamblados entre sí a través de varas de plomo.
El origen de los vitrales es muy antiguo: en los tiempos del Imperio Romano, ya se empleaban en los edificios religiosos. A partir del siglo XIII, con el apogeo de la arquitectura gótica, el uso de vitrales se masificó para la representación de escenas históricas o pertenecientes al terreno de la religión.
Con los años, las características de los vitrales fueron variando. Hay vitrales que encierran las imágenes en ojivas o templetes, por ejemplo, rodeadas por mosaicos de tipo geométrico. Gracias al descubrimiento de una nueva forma de construir, las catedrales góticas pudieron abrir espacios libres de carga en los muros para dejar paso libre a la luz a través de grandes vidrieras.
Las catedrales generalmente están construidas con vista hacia el Oriente. En las mañanas, en la Edad Media, las misas se realizaban a la hora que salía el sol y al darle la luz a los vidrios y proyectar hacia el interior casi cegaba a los feligreses. Luego en las tardes se metía el sol por los rosetones para iluminar el altar.
San Jerónimo el Santo Patrono de este Pueblo Mágico aparece en un vitral en la fachada de la parroquia, representando la traducción de la biblia del griego y el hebreo al latín; llamada Vulgata dicho de otro modo la “edición para el Pueblo”. Dicha traducción fue realizada a finales del siglo IV por Jerónimo de Estridón. Fue encargada por el papa Dámaso I dos años antes de su muerte.
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
No hay comentarios.:
Publicar un comentario