La astronomía Inca
Las antiguas civilizaciones florecieron gracias a su trabajo y organización; las jerarquías eran encabezadas por personas interesadas en su pueblo y el progreso; amaban la naturaleza y guardaban profundo respeto por el orden del universo del cual ellos formaban parte. En América existieron culturas que a nivel mundial tenían los más avanzados y exactos sistemas de medición astronómicos como los aztecas y mayas, pero en muchas otras regiones tuvieron lugar civilizaciones tan grandes como esta, un ejemplo muy claro son los Incas.
El imperio de los Incas dominó América del Sur durante mucho tiempo. Es precisamente en Cuzco, en donde muchos investigadores han encontrado documentos de colonizadores españoles que describen el Templo del Sol, del cual irradiaban cuarenta y un ejes llamados ceques, cuya disposición implicaba lineamientos geománticos o astronómicos, que definían el valle en 328 huacas, las cuales cumplían funciones rituales y políticas.
Los Incas, dado lo extenso de su territorio, llegaron a tener un conocimiento bastante avanzado de la bóveda celeste, que utilizaron para sus actividades públicas y religiosas. Sabemos que la salida de las Pléyades tenía un significado especial para ellos, ya que su primera aparición sobre el horizonte oriental se usaba como referencia para el calendario.
Los Incas conocían la revolución sinódica de los planetas, Construyeron un calendario lunar para las fiestas religiosas y uno solar para la agricultura. Utilizaron elementos como postes alrededor de los pueblos para realizar astronomía observacional. Los Chibchas conocían la constelación de Orión y reconocían la relación entre la salida heliacal de Sirio con el comienzo de la temporada de lluvias.
Observaron pacientemente al sol y determinaron los solsticios y los equinoccios. Su calendario (uno de los encontrados) consistía en un año solar de 365 días, repartidos en 12 meses de 30 días y con 5 días intercalados. Se sabe que el calendario era determinado observando al sol y a la luna. Para fijar las fechas exactas del año y meses, Pachacútec dispuso la edificación de 12 torres o pilares localizados al este de la llacta del Cusco, llamados sucangas.
El cielo nocturno del hemisferio sur es impresionante, con una visión espléndida de la Vía Láctea y de sus dos galaxias satélite, las Nubes de Magallanes. Los antiguos pobladores del Imperio Inca vieron en esos puntos brillantes en el cielo, las estrellas, unos dibujos que agruparon e identificaron como “constelaciones”.
Los Incas daban mucha importancia a las constelaciones y estaban muy interesados en la medición del tiempo para fines agrícolas. Poseían sus propias constelaciones, entre las cuales se destacan la Cruz del Sur y el Centauro.
La Vía Láctea era “el gran Rio Mayu”, una corriente brillante cuyas zonas oscuras resaltaban claramente sobre las zonas vecinas, llenas de estrellas. Para ellos las Vía Láctea era oscurecida por sacos de carbón. La astronomía también jugó un papel muy importante para la construcción de sus ciudades.
Conocer el pasado de nuestra historia es importante para comprender cómo la ciencia avanza, la cultura y las artes caracterizaron los más grandes exponentes en cuanto a colaboraciones científicas, sin embargo, la mejor enseñanza que podemos conservar, es el respeto y amor con el que miraban el cielo y procuraban sus tierras; el cómo considerar hermano a sus semejantes y muy buenos amigos a los animales y plantas.
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