lunes, 3 de septiembre de 2018

Con-Ciencia - Por: Sergio Jimarez

Katherine Johnson y el Apolo XI

“Mediante el trabajo, ha sido como la mujer ha podido franquear la distancia que la separa del hombre. El trabajo es lo único que puede garantizarle una libertad completa.”
-Simone De Beauvoir


La NASA es la agencia espacial más famosa del mundo, sus proyectos han incluido desde pequeñas misiones de reconocimiento, hasta grandes hazañas como llevar al hombre a la luna. Desde su fundación, por ella han pasado miles de personas que gracias a su trabajo y conocimiento aportaron grandes avances y descubrimientos para el mundo, haciendo de esta agencia el centro científico multidisciplinario por excelencia. 

En sus instalaciones trabajan físicos, matemáticos e ingenieros principalmente donde cada día resuelven complicaciones y dan alternativas de ejecución para cada uno de los proyectos en curso; hoy en día, el trabajo de estas personas se desarrolla en gran medida detrás de una computadora, procesando cálculos y datos que podrían tomar mucho tiempo hacerlos a papel y lápiz; sin embargo, no siempre se contaron con los equipos informáticos. Los primeros trabajos se llevaron a cabo con sistemas muy rudimentarios y la mayoría de los cálculos, por ejemplo, la definición de trayectorias para un vuelo, se hicieron a mano; luego con el paso de tiempo, se implementaron como apoyo contadoras y procesadores de datos que debía ser rectificadas y comprobadas por algunas personas, haciendo de esta labor una de las más importantes y de la cual el éxito o fracaso de la misión podía recaer en ello. 

En el año 2016 se estrenó la película “Talentos ocultos” cinta que narra la historia de algunas mujeres afroamericanas que trabajaron en el área de cálculos de la NASA donde sobresalió Katherine Johnson y su trabajo ya que gracias a eso, se logró con éxito el vuelo espacial de Alan Shepard (el primer hombre americano en salir al espacio) y la misión del Apolo XI (la misión espacial que llevó al hombre a la luna). Cabe destacar que aunque su trabajo fue muy importante, el mérito no sólo es de ella ya que su equipo mostró también una gran unión y colaboración, sobre todo, la personalidad y actitud que tomaron en plena segregación racial de Estados Unidos. 

El 26 de agosto de este año, Katherine Johnson cumplió cien años de vida, de los cuales, más de treinta estuvo laborando para la NASA y aparte de sus famosas colaboraciones realizó más 26 artículos científicos de referencia que están disponibles al público; trabajos tan importantes como las cartas de navegación de respaldo que han hecho posible rescates. El reconocimiento de esta mujer y su equipo es también un reconocimiento a todas las mujeres científicas que han dado su tiempo y parte de su vida a la ciencia, el ejemplo que hombres y mujeres debe seguir en favor del progreso, tanto para la ciencia como para cualquier disciplina. El ejemplo de esta matemática radica en que la condición de género y raza no fue un impedimento aun cuando las circunstancias estaban en contra, nos recuerda el esfuerzo hecho por Marie Curie como la primera mujer en recibir dos premios Nobel en dos disciplinas distintas y que también tuvo dificultades por su condición de ser mujer.


Para a ciencia no existen diferencias, no las necesita, es verdadera, incluso si se cree en ella o no; pero al hombre todavía le falta derribar las barreras que hacen desacuerdos entre nosotros y que nos separan. 

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