lunes, 29 de octubre de 2018

CON-CIENCIA - Por: Sergio Jimarez "La alquimia"

La Alquimia

La alquimia fue (o es) una disciplina basada en el estudio de la materia y sus manifestaciones, particularmente era el manejo de sustancias químicas mezcladas entre sí para encontrar como producto, algún elemento o sustancia de mayor importancia o valor. La alquimia fue practicada en Mesopotamia, el Antiguo Egipto, Persia, la India y China, en la Antigua Grecia y el Imperio romano, en el Imperio islámico y después en Europa hasta el siglo XVIII, en una compleja red de escuelas y sistemas filosóficos que abarca al menos 2500 años.


Los alquimistas pasaban muchas horas en los laboratorios haciendo experimentos que les permitieran obtener, entre otras cosas, oro o el elixir de la vida eterna y a diferencia de una ciencia, esta disciplina sólo se guiaba por la intuición del alquimista o sus raciocinios sin algún fundamento en particular y aunque pareciera más un juego o algo a lo que no hay que darle importancia, lo cierto es que estas actividades permitieron el desarrollo de lo que hoy es la química, una ciencia básica. Además de que en algún momento, grandes pensadores pasaron por sus filas de “investigadores” que eran cultos, inteligentes y bien intencionados, e incluso distinguidos científicos, como Isaac Newton y Robert Boyle. Estos innovadores intentaron explorar e investigar la naturaleza misma. La base es un conocimiento del régimen del fuego y de las sustancias elementales del que tras profundas meditaciones se pasa a la práctica, comenzando por construir un atanor u horno alquímico, que es un tipo de horno aislado especial y herramienta fundamental del alquimista. 

Para los alquimistas toda sustancia se componía de tres partes: mercurio, azufre y sal, siendo estos los nombres vulgares que comúnmente se usaban para designar al espíritu, alma y cuerpo, estas tres partes eran llamadas principios. Por manipulación de las sustancias y a través de diferentes operaciones, separaban cada una de las tres partes que luego debían ser purificadas individualmente, cada una de acuerdo al régimen de fuego que le es propicia, la sal con fuego de fusión y el mercurio y el azufre con destilaciones recurrentes y suaves. Tras ser purificadas las tres partes en una labor que solía conllevar mucho tiempo, y durante el cual debían vigilarse los aspectos planetarios, las tres partes debían unirse para formar otra vez la sustancia inicial. Una vez hecho todo esto la sustancia adquiría ciertos poderes.

No se debe confundir la alquimia con una pseudociencia como la astrología o el tarot debido a que el contexto en el que se desarrollaron es distinto; y con el paso del tiempo se pudieron refinar los procesos de la alquimia, formalizando en disciplinas o contribuciones científicas importantes; el interés de la alquimia radicaba en encontrar fundamentos materiales de toda sustancia, por otro lado, las pseudociencias hoy en día buscan dar explicaciones a ciertos fenómenos sin algún valor científico como tal y aunque puedan ser actividades igual de antiguas, no han sufrido cambios significativos que permitan al hombre obtener algún provecho objetivo. 

En la actualidad la alquimia no existe como tal, pero siguiendo el orden de ideas con la que fue compuesta podemos decir que sí se han logrado grandes avances en lo que respecta a sus intereses, por ejemplo, mediante reacciones nucleares podemos obtener oro a partir de otros metales, claro que el costo energético y monetario de una trabajo como este es tan alto que no es viable la “fabricación” de este metal en un laboratorio. En el tema del elixir de la vida eterna, la medicina ya otorga al hombre más años de esperanza de vida y ha erradicado enfermedades que en siglos pasados representaban una condena a muerte.

La alquimia tenía también un fundamento filosófico y espiritual; el alquimista no era un experimentador utilitario sino que él mismo tenía que purificar su alma para así poder ser un instrumento para la creación de materia y energía, todo esto era llevado a cabo mediante oración y ayuno; además de contar con muchos estudios sobre historia, ciencia y teología que se exigía para sí misma esta disciplina. 

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