martes, 30 de julio de 2019

EXPRESSO CORTADO Por: Gilberto Medina Casillas



Las distintas velocidades del cambio.

‘Ciento sesenta km por hora. Zumbando a 160 km por hora por nuestra autopista imaginaria, pasa un coche que representa a la gran institución de Estados Unidos que está cambiando a mayor velocidad: de hecho, es el conductor de muchas de las transformaciones del resto de la sociedad. Las empresas no solo se están moviendo con rapidez, sino que obligan a sus proveedores y distribuidores a cambiar en consonancia, impulsados por una intensa competitividad. En el mundo de los negocios, la tecnología va a toda marcha, con frecuencia a un ritmo mucho más rápido de lo que directivos y empleados pueden controlar. Las finanzas también se están transformando a velocidades desorbitadas, en respuesta no solo a la tecnología, sino a los nuevos escándalos, las nuevas regulaciones, la diversificación de los mercados y la volatilidad financiera. Entretanto, la contabilidad y otros sistemas luchan por mantener el ritmo’.

Así comienza Alvin Toffler el capítulo cinco, llamado el choque de velocidades, de su admirable libro ‘La revolución de la riqueza’. Concluyendo una serie de razones contundentes, el símil que Toffler propone, es una súper carretera y coches que van viajando sobre ella. Los vehículos transportan los aspectos eje de la configuración y transformación histórica de la sociedad como la concebimos hoy día.

Libre empresa, gobierno, tecnología, familia, ONG’s, sistema educativo, burocracia, sindicatos, leyes, organizaciones internacionales, por puntualizar las más relevantes.

[En este análisis no hay enfoques populistas]

Digamos, pues, que esta súper carretera es el proceso de transformación social, dicho en términos marxistas; o el de cumplimentar las estrategias de desarrollo económico mediante los mecanismos del libre mercado, dicho en términos de la Organización Mundial de Comercio, teniendo en mente a los países tercermundistas.

Para que el símil funcione, debemos entender el concepto velocidad en el contexto del desarrollo histórico de una sociedad determinada. Entonces, cuando digo velocidad me refiero a la rapidez o lentitud con que se dan los cambios en las estructuras socioculturales que nos ocupan, teniendo como ejemplo a EE.UU. (que, en este contexto, de la economía de libre mercado, ya viene siendo ejemplo de la mitad del mundo).

De este modo, pensando en que los cambios se suceden a distintas velocidades, en las diferentes estructuras que conducen la sociedad, viene a suceder lo que nos pasa a los países ricos y pobres, proclamado en la canción ‘A la víbora de la mar’, cuando afirma: ‘los de adelante corren mucho y los de atrás se quedarán...’ Veamos mi resumen de las velocidades de cambio, basado en el texto de marras, para dimensionar el grave problema de desajustes que tenemos las sociedades capitalistas modernas, contemporáneas y posmodernas. ¿A qué velocidad van los cambios?

Las empresas de negocios: 160 Km por hora. La tecnología: 145 km por hora. La sociedad civil: 130 Km por hora. La familia: 100 km por hora. El sistema educativo: 60 km por hora. Los sindicatos: 50 km por hora. Burocracias gubernamentales y agencias reguladoras: 40 km por hora. La toma de decisiones del gobierno: 15 km por hora. Instituciones que afectan a la economía mundial: 10 km por hora. Las instituciones políticas: 5 km por hora. Las leyes: 2 km por hora.

Recordemos que el convoy avanza a la velocidad del vehículo más lento. Para este ejemplo voy a tomar la velocidad de las ‘Burocracias gubernamentales y agencias reguladoras’, que es de 40 km por hora.

Así, la sociedad, de EE. UU., como un todo, es un conjunto de bloques desfasados que van penetrando en la modernidad, sin sincronización, ni complementariedad, sin la muy en boga transversalidad, ni canales de comunicación entre los sectores dominantes de la sociedad, que hemos enumerado antes. Porque, al cabo, la locomotora endiablada es la libre empresa.

A partir de este análisis, emergen gran cantidad de preguntas: ¿Cómo satisface la demanda del avance tecnológico que viaja a 145 km por hora un sistema educativo que avanza a 60 Km por hora? ¿Cómo permite la continuidad de los negocios que viajan a 160 Km por hora una burocracia que avanza a 40 Km por hora?

Lo reto, amigo lector, a qué, a ojo de buen cubero, estime usted a cuál velocidad van estos segmentos en México.

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