lunes, 30 de noviembre de 2020

REFLEXIONES - Héctor Hernández Parra.

¿Primero los Pobres?



Una frase, repetida hasta la saciedad para intentar posicionar mentalmente una idea de la preocupación del régimen federal por las dramáticas condiciones de pobreza de los mexicanos. “Por el bien de todos, primero los pobres”.


Lo repitió desde su recorrido por años antes, durante y después de la fundación del partido y en San Lázaro, al rendir protesta, junto a un Porfirio Muñoz Ledo casi al borde del desmayo, y del ex mandatario Peña Nieto, rígido, tenso, acartonado y con la premura de disfrutar su fortuna fuera del país.


Observamos que los pobres son los primeros en morir de COVID 19, los desposeídos siguen padeciendo el desabasto de medicamentos; quienes sufrieron la desaparición de las guarderías; el seguro médico; la eliminación de los comedores comunitarios, lo anterior ha lacerado a los que menos tienen; los pobres se convirtieron en desempleados en tiempos de pandemia; en la inundación en Tabasco, el daño mayor, el desfogue de las presas lo sufrieron los pobres, para salvar al Tren Maya y a la construcción de la refinería de Dos Bocas; observemos cómo la revista PROCESO ha ignorado la temática, los medios han captado al mandatario tabasqueño sobrevolando su estado y viendo con enfado y una sonrisa nerviosa la tragedia de sus paisanos que ahora viven en las azoteas, navegando en lanchas, cuidando sus pertenencias, salvando del lodo a sus mascotas


Si buscamos cifras al inicio de este sexenio había 52.4 millones de pobres según el CONEVAL (organismo que mide la pobreza en México), esta institución alertó oportunamente que por la pandemia, 70 millones de compatriotas no tendrían recursos para alimentarse, la realidad nos tendría preparada la sorpresa de que la mortandad sería de magnitudes incalculables.


El mandatario federal replicaba y manifestaba la seguridad para los que resultaran afectados por el virus. La lógica nos indica que mientras menos dinero se tenga, hay mayor probabilidad de morir por COVID. 


El riesgo está presente en los pequeños centros de salud, en los hospitales de gobierno donde la capacidad para atender a los pobres resulta insuficiente. Así seguirán falleciendo albañiles, comerciantes, amas de casa, abuelitas, jóvenes, niños, vendedores ambulantes, jubilados, ricos, pobres y de media esfera.

Que tristeza, enterarse que otros países, sus gobiernos apoyaron a su gente, inyectaron dinero a las empresas para evitar que quebraran, para evitar despidos, México invirtió el 1 % de su Producto Interno Bruto para tal fin, países africanos con economías más débiles que la nuestra invirtieron el 12%, el 10% y el 5% de su PIB.

Los apoyos han sido en créditos de 25 mil pesos, se dice que se han entregado 1 millón de microcréditos cuando las necesidades superan los 4 millones. Esa es la realidad, el compromiso responsable para los compatriotas en las peores condiciones. Esa es la repuesta del gobierno de la esperanza.


Correo electrónico: hectorhernandezparra77@gmail.com



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