Ayer me di una vuelta por la parcela, ya saben, los rateros están “cabrones”, y me llevé el susto de mi vida, era el peso del día, el calor estaba sofocante, solo se oían los murmullos propios de la quietud del campo; de repente escuché unos fuertes ronquidos, intermitentes y entre cortados, me acerqué con precaución y ahí estaba, doña Panchita, durmiendo boca arriba debajo de un árbol y junto a un cubo lleno de limón que había cortado en mi limonal.
Soy panchita, la plebe canija me dice “la pulga”, no tengo nada, ni siquiera marido, pero… Diosito es grande, siempre tengo qué vender, a veces bajo la barranca de la “Veguilla” a buscar mango tocotín, me canso mucho porque está bien perra la subida, tomo el azteca y me bajo en la “Bella”, ahí siempre vendo todo. Si no encuentro mango, lleno mi cubo de limón, erizo, paso a la siembra del Manuel, casi nunca está. El otro día me “cayó”, pero solo me dijo: “Panchita, ya no te metas a mi erizal, vas a matar a la gente, acabo de fumigar con líquidos tóxicos”, ahhhh le dije, tú tienes la culpa, para qué no me avisas cuando vas a fumigar.
Me nombran Geli, tengo un puesto en el mercado municipal del “Dios Tigre”. Me invade un sentimiento mezcla de indignación y preocupación. Ayer pasó una candidata a diputada por mi puesto, se acercó y me dijo casi al oído: “apóyame, te va a llegar un dinerito”. Le contesté: “si estoy entendiendo bien eso es coaccionar el voto lo cual es un delito”. Me dice: “va a haber proyectos”; ¿y qué es un proyecto?, le contesté. Solo trastabilló antes de replicar: apoya a ya sabes quién, gracias a él existe el programa de 65 y más… “Me irritó, pues el programa aludido se corresponde a una política de carácter federal y que yo sepa el “ya sabes quién”, nunca ha sido presidente. Sobre la mentira, no es posible construir. Del coraje se me antojo una morita de Xico.
Me llamo José, soy un ciudadano común de los de a pie, busco siempre estar informado, contrastar ideas, analizar y decidir, libre de prejuicios. Casualmente estuve en una reunión y escuche a un candidato que enfático, que con ademanes y tonos propios de un concurso de oratoria escolar, afirmaba: “como tu diputado gestionaré un alza en el precio del café”. Me quede pensando y me dije: ¿qué no el precio del aromático se fija conforme a un sistema de cuotas y de acuerdo a reglas del comercio internacional? ¿Qué no depende de la oferta y la demanda?
Cuidar lo que se dice es una buena conseja.
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