Ser abuelo es para muchos de nosotros una gran satisfacción, estar oyendo a diario a los nietos, cuando nos dicen ‘abuelito’, ‘abue’, ‘abuelo’, y en muchas ocasiones ‘viejo’.
Pero también es causa de tristeza por que empezamos a perder visión, el oído, somos más lentos al caminar, también diciendo esto de otra manera, casi somos estorbo para nuestra familia, conozco casos de algunos de mis amigos, que por la separación de sus padres cuando eran niños, fueron a refugiarse con sus abuelos, y como siempre sucede, es estos casos y más cuando los recursos económicos son raquíticos, es cuando los abuelos piensan y dicen: “no, que mi nieto sea como sea”, que apenas aprendimos a leer y escribir, y es ahí cuando a pesar de todas las carencias que están pasando, los mandan a estudiar hasta que logra una carrera, y ser alguien en la vida. Lo que los abuelos ignoran es que aquel nieto, por el que tanto se preocuparon, y que ya tiene un título como profesionista, de un momento a otro se casa, y a los pobres abuelos los deja en el abandono, para muchos de ellos su único paradero es el asilo, y jamás se vuelven a presentar para saber cómo está su familiar, esos son hijos o nietos llenos de ingratitud.
Pero tenemos el otro lado de la moneda cuando el abuelo o el padre tienen bienes materiales, casas, autos, dinero en varios bancos, en fin, es rico o tal vez millonario, ahí existe todo lo contrario, porque toda la familia quiere cuidar al enfermito.
No lo dejan ahí un minuto solo, le ponen hasta una enfermera para que tome sus medicamentos a la hora exacta, pues al final de cuentas lo que sobra es el dinero, pero quien lo está cuidando lo que quiere, es que se muera no para dejar de cuidarlo, no es que ya se está haciendo ilusiones de que es rico, y piensa que el enfermo le está estorbando.
Volviendo con los abuelos o todas aquellas personas de la tercera edad. Me es grato decirles por medio de estas líneas, que gracias a sus consejos y su gran experiencia, nosotros hemos aprendido mucho de ellos.
Y en muchas ocasiones aprendimos a cambiar nuestra manera de ser y actuar, para tener una vida mejor y ser personas útiles para nuestra sociedad y nosotros mismos.
Muchas, pero muchas felicidades abuelitos, ‘abue’, o queridos ‘viejos’.
Autor : Rubén Contreras Hernández
Las Puentes. Ver., 28 de agosto de 2018
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