lunes, 8 de julio de 2019

Editorial


Esta semana, la nota que roba los encabezados de muchos medios locales, se refiere a la llegada a Veracruz, pero especialmente a Coatepec, de la Guardia Nacional; institución creada hace siete meses y conformada por exmilitares y ex policías, la cual tendrá un mando civil y otro militar para tareas operativas. Su puesta en marcha, según López Obrador, supone la consumación de un hecho “histórico” y el cumplimiento de una de sus grandes promesas al llegar al poder. 

Es necesario que su estrategia de despliegue tenga en cuenta las condiciones del municipio, a fin de que su presencia no sea solo decorativa, sino que contribuya a bajar los índices de violencia. Se necesita recuperar la tranquilidad, perdida en casi todos los municipios.

La Guardia Nacional puede ser un potente recurso, pero se requiere que sus mandos tengan, o adquieran a la brevedad, el suficiente conocimiento del terreno y de las condiciones sociales y de comunicaciones que determinan la ocurrencia de los delitos de alto impacto. Además, es necesario conocer si su línea de autoridad, también contempla sujetarse a las órdenes o peticiones del Alcalde o de los mandos locales, de otra manera, difícilmente habrá eficiencia.

Sabemos que la Guardia Nacional solo es nueva en el nombre, los militares llevan haciendo labores de seguridad pública más de 12 años; sabemos también las consecuencias de esa guerra contra el narco, pero aun así se decidió apostar por otorgar un respaldo legal a esta militarización de la seguridad.

Ya hubo reacciones en el sur, sucedieron ya los primeros indicios de que no será fácil ni pacífico contener la inseguridad en las regiones donde operarán, en pocas palabras, continuaremos con los enfrentamientos violentos entre crimen organizado y militares. Por si fuera poco, también han surgido manifestaciones por parte de los policías federales en la defensa de sus derechos laborales ya que su incorporación representa pérdida de derechos adquiridos, como la antigüedad en su trabajo.

El contexto en el que surge la Guardia Nacional no es el mejor, existe poca claridad y muchas dudas en temas como la estabilidad laboral de los elementos de la policía federal que se manifestaron, la discusión de si será un mando civil o militar porque en la ley se determinó lo primero, pero en el terreno operativo todo es militar. El problema es que no se trabaje en el fortalecimiento de policías estatales y municipales y en construir un verdadero Estado de Derecho para que los militares algún día puedan regresar a los cuarteles.

Todos esperamos que con esta corporación, verdaderamente regrese la tranquilidad y la seguridad a nuestra ciudad y nuestra región. Que nos dejen trabajar sin el temor de ser asaltados o extorsionados, y que sepamos que nuestra familia podrá andar por las calles tranquilamente.

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