lunes, 8 de julio de 2019

REFLEXIONES Por: Héctor Hernández Parra


SU ALTEZA SERENISIMA.


Recuerdo  una novela histórica en 1968 producida por Telesistema Mexicano: Los Caudillos, que trataba sobre la Guerra de Independencia en México, los héroes interpretados por grandes actores, don Miguel Hidalgo lo escenificaba Enrique Rombal, a Morelos, Narciso Busquets  pero especialmente me llamó la atención la figura de don Antonio López de Santa Anna a quien encarnó el actor José Gálvez.

La película El Álamo hace referencia a la Independencia de Texas. Al presidente Santa Anna le dio vida Emilio Echevarría. En una conferencia sobre cine impartida por Felipe Cazals, destacado director de cintas como El Apando y Canoa entre tantas, mencionó que para documentarse previo a dirigir la película “Su Alteza Serenísima”, investigó la vida del controversial jalapeño y encontró que el poder trastocó su conducta a temprana edad, ya que fue nombrado Benemérito de la Patria a los veintitrés años, accediendo a un estado de megalomanía y soberbia.

El general Antonio de Padua María Severino López de Santa y Pérez Lebrón, nacido el 21 de febrero de 1794, ocupó  la presidencia de México en once ocasiones, sus convicciones políticas y su conveniencia lo convirtieron en realista, insurgente, monárquico, republicano y dictador. Un varón ardiente con las féminas, mantuvo relaciones amorosas con Rafaela Morenza, Inés de la Paz García, Dolores Tosta y Emily West Morgan.

Las pasiones que lo identificaban plenamente fueron las peleas de gallos, el juego de cartas, las mujeres de tez morena y amasar una gran fortuna. De sus propiedades se destacan la Hacienda del Lencero, la de Manga de Clavo y otras cuatro Haciendas más. Durante sus vicisitudes en algunas ocasiones lo obligaron a exiliarse, refugiándose en La Habana, Cuba; Turbaco, Colombia; Kingston, Jamaica; Nueva York, Estados Unidos; Nassau, Bahamas y Puerto Rico.

Su paso por la Historia le otorgó una serie de títulos nobiliarios y mordaces que el gobierno y el pueblo le concedieron para perpetuarlo: Alteza Serenísima, Benemérito de la Patria, Benemérito de Veracruz, Héroe de Pánuco, Héroe de Cuarenta Derrotas, Héroe de Tampico, Cesar Mexicano, Napoleón del Oeste, El Quince Uñas, Padre de la Patria y La Cucaracha. (La pérdida de su pierna motivó al pueblo para escarnecer la situación con una canción).

La Historia consigna algunos de sus decretos: Impuesto sobre ventanas, número de asientos en los coches, sobre el número de canales que tuvieran las casas, su obsesión autoritaria lo llevó a reglamentar el uso de uniformes en los soldados y policías, controlar las características de la barba en sus servidores así como el tipo de corte de pelo. Se registra cuando hizo que le celebrasen un desfile y honores por las calles de México a su pierna, más tarde y en otras circunstancias  el pueblo se encargaría de arrastrarla en el marco de la más ostentosa burla.

Así es que si usted piensa que el actual presidente de México tiene ocurrencias absurdas, la Historia aún nos reserva  sorpresas que aún puede ser posible verlas y padecerlas nuevamente.

El general falleció en la ciudad de México el 21 de junio de 1876, se tiene registro que su última esposa llegó a alojar a pordioseros para que diariamente visitaran y comieran con él a cambio de alguna retribución económica. Santa Anna tuvo acarreados en su casa para hacerlo sentir que el pueblo requería de su consejo.

Cualquier desajuste conductual de algún gobernante que se detecte, el presente relato es una muestra de aquellos antecedentes.

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