lunes, 8 de julio de 2019

En tránsito... Por: Jesús Ricaño Herrera


Panchito y la Educación Vial
(Basado en hechos reales)

Caminaba Panchito con tranquilidad rumbo a la Escuela Primaria, cuando de pronto escuchó un ruido muy fuerte en la cercanía, volteó hacia la fuente del estruendo y ahí descubrió que dos vehículos acababan de chocar. Rápidamente los ocupantes de los automóviles descendieron y comenzaron a discutir, pocos momentos después llegó el Policía de Tránsito, habló con ellos, les mencionó varias cosas, entre ellas sentenció:



-¡Miren nada más como dejaron sus autos. ¿No saben qué significan las señales? ¡Ustedes necesitan Educación Vial! 

El niño se quedó parado observando la escena, escuchando lo que se decía. Esa palabra hizo eco en su infantil mente, “Educación Vial, Educación Vial”…

Panchito se puso a pensar, qué era eso de la “Educación Vial”, podía describir con facilidad qué era la Educación Física, pero no ese nuevo término; así que dispuso preguntarle a su maestra. Una vez en el salón acudió a ella, le contó lo que había observado y después le preguntó: -¿Qué es la Educación Vial?- La maestra le indicó que debían comenzar las clases y revisar las tareas para cumplir las metas del día, es decir, de modo elegante evadió la pregunta. 

En el receso pensó Panchito que su mamá le resolvería la duda, así que una vez llegó a casa la buscó, cerca de la cocina se topó con ella trabajando, la intervino, le narró lo que pasó al ir al colegio en la mañana, una vez que terminó, lanzó la pregunta: -¿Qué es la Educación Vial mamá?- Ella lo miró, acarició su cabeza y luego respondió mientras le sonreía: 

-¡Ahora que llegue papá a casa para comer le preguntas a él!-

Cerca de las 15:00 horas papá llegó a casa, se sentó a comer, una vez terminó sus alimentos se acomodó en su sillón, tomó su periódico y comenzó a leer, Panchito con precaución se acercó a él, como si no quisiera enturbiar la santa paz de ese hombre y, ya saben ustedes, lo que se dice de los padres, que son seres malhumorados, le habló, le describió todo cuanto pasó en la mañana rumbo a clases, después le interrogó: -¿Papá, qué es la Educación Vial?- se hizo un tenso silencio, papá bajó el tabloide, miró a Panchito con una envolvente mirada, después dijo en tono serio: 

-¡Mira Panchito, tuve un duro día en el trabajo, quiero distraerme leyendo las noticias, así que dejaremos para después tu pregunta!-

Desilusionado nuestro pequeño amigo se fue a hacer sus deberes. Ya en la noche, listo para descansar, mientras trataba de conciliar el sueño y con el peso asfixiante que representa la duda que le daba vueltas, cerró los ojos, pasado un rato se fue quedando dormido. Al otro día Panchito se levantó, se bañó, desayunó y se hizo a la calle, estaba serio, ensimismado, distraído, ajeno a lo que ocurría a su alrededor.

Trataba de resolver quién podría ayudarle a despejar la incógnita, mientras elucubraba sobre esta sed de saber, comenzó a cruzar una calle muy transitada, una vía pública peligrosa, al mismo tiempo un conductor de autobús se acercaba peligrosamente a Panchito, dado que nuestro amiguito es de estatura baja debido a su condición de niño, el conductor no alcanzó a verlo, así que cuando el transporte público estaba muy cerca de alcanzar al infante, una larga mano salida de no sé dónde jaló a Francisco hacia atrás mientras paraba la amenazante marcha del camión. Sí, ya se me imaginarán ustedes quien salvó a Panchito, era el Policía de Tránsito.


El Oficial Juan Rojas llevó a la acera a Panchito, ahí le llamó la atención, le dijo con voz adusta: 

-¿Qué pasa contigo niño, acaso deseas ser atropellado? ¡No puedes andar en la calle distraído, puedes sufrir un accidente y lamentarlo toda tu vida, a mi se me hace que tú necesitas Educación Vial!-

Como caído del cielo o enviado por una fuerza suprema, en un tono más amable y cordial el señor Policía de Tránsito explicó al menor lo que es la ‘Educación Vial’ y las bondades que significa contar con esos valiosos conocimientos. Le escoltó hasta la escuela, finalmente se despidieron deseándose buen día. Se dice que desde entonces se hicieron muy buenos amigos. 

Francisco hoy día es biólogo, trabaja muy duro para ser buena persona, nos cuentan que desde ese día hasta hoy nunca se distrae en la vía pública. Fin…

Le agradezco el favor de su tiempo al leernos, tenga buen día y buen trayecto. Comentarios a: jojerihmx@gmail.com

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