lunes, 20 de abril de 2020

¡AHORA es el CAMBIO! Por: Juan Carlos Atzin Calderón





“La Tierra se encuentra enferma, su cura está en nuestras manos”

● Juan Carlos Atzin Calderón

El mundo enfrenta una emergencia, misma que alarma cada vez más a todas las personas que habitamos la casa común, esto después de que el pasado 11 de marzo el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) proclamara como emergencia internacional el brote de Coronavirus (COVID-19), declarándola como pandemia ante el escenario de la rápida transmisión y el alcance internacional de propagación que ha tenido.

Muchas han sido las especulaciones sobre el brote de dicho virus, centradas en culpar a especies animales así como a algunos países o núcleos poblacionales particulares, sin embargo la historia nos habla de otros escenarios que aunque no queramos verlos, representan el origen de este problema y de muchos otros del pasado. La OMS en coordinación con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), reportan que el 92% de la población mundial habita en áreas en las que la contaminación atmosférica supera los límites recomendados. África, Asia, Europa del Este y Oriente concentran las mayores emisiones de dióxido de carbono, siendo el 94% de las muertes asociadas a la contaminación atmosférica.

El cambio climático generado por quienes habitamos la Tierra, ha provocado el incremento irregular de las temperaturas a nivel local y global, un escenario que se encuentra científicamente comprobado que influye en el desarrollo de bacterias.

Siendo la contaminación del aire una de las causas más frecuentes de mortalidad, los países deben encontrar un equilibrio entre el ambiente y la protección de la salud. Aún más cuando los altos índices de gases de efecto invernadero antropogénicos en el aire que respiramos facilitan el transporte de virus y bacterias; por lo que ante la situación que se vive, resulta indispensable que pasando la contingencia se inste a todos los gobiernos y población a impulsar acciones ambientales con mayor energía y beneficio colectivo. Sumado a lo anterior, desde casa podemos formular rutinas diarias que contaminen menos buscando alternativas orgánicas, ecológicas y sustentables.

Quien diga que las enfermedades que se están dando en la actualidad y que se han dado en el pasado no tienen nada que ver con la crisis ambiental, se equivoca. En mis recorridos por Veracruz, he podido ser testigo de grandes pasivo ambientales que sin duda tiene afectaciones al ambiente, pero que en muchos casos se convierten en problemas de salud pública, tal es el caso de la contaminación del agua, una consecuencia clara que favorece la aparición y esfuerzo.

El derrame de múltiples residuos nocivos ya sean orgánicos o industriales y la acumulación de aguas residuales, incrementan el riesgo latente de enfermedades como el Dengue, Tuberculosis y muchas otras crónicas como el Cáncer. Ante la crisis del COVID-19, se deben tomar medidas sanitarias urgentes para la disposición final de los residuos biológico infecciosos provenientes de hospitales, pero también de casas, urge instalar un protocolo para que en caso de estar padeciendo el virus desde casa, todos los residuos que se generen sea depositados en un espacio con los controles necesarios para evitar contagio a otras personas integrantes de la familia. Apremia capacitar sobre estas medidas a los ayuntamientos, directores de limpia pública, choferes de camiones recolectores y más personal; con esto evitaremos que se den contagios masivos a causa de respirar aire contaminado o tener contacto con materiales infectados.



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