lunes, 27 de julio de 2020

MI OPINIÓN Por Lic. Benjamín Sánchez Flores


Una Pandemia de Héroes y Villanos

 

Desde el descubrimiento de la nueva sepa de coronavirus, llamado COVID-19, en la localidad China de Wuhan a finales del año pasado, comenzó la etapa masiva de contagio a escala mundial, hasta ser considerada, la pandemia más letal del último milenio. Aquí es donde podemos hacernos una pregunta transcendental, ¿ésta etapa de contagio masivo pudo haberse evitado?

 

Es difícil dar una respuesta clara ante la globalización y la accesibilidad de los medios de transporte, pero en pocos días, ya en el mes de enero de 2020, el contagio alcanzó a una de las principales ciudades de Europa, incubando en Italia y siendo su nido para esparcirse por varias ciudades europeas. Los contagios iban a la alza y solo bastó un mes para que sus efectos letales llegaran a Latinoamérica.


En nuestro país, febrero marco la presencia de los primeros contagios y ante la poca información acerca del manejo del virus y del cómo actuar para evitar una propagación masiva, se comenzó la etapa de contagio a gran escala. Las medidas adoptadas no rindieron el éxito esperado, por ello, actualmente nos encontramos, en el 6º lugar mundial con el mayor número de casos positivos, en tan solo 5 meses.


Éstos no son solo números, hablamos de personas, seres humanos que sufrieron los estragos de una enfermedad con la tasa de letalidad más alta. ¿Existen responsables?, desde luego que los hay, pero al igual, existen valientes; por ello, se me hace acertado nombrar este artículo “Una Pandemia de Héroes y Villanos”.


La población, es decir todos nosotros, contamos con un cierto grado de corresponsabilidad en la propagación de este virus, ya que dejando de lado las actividades esenciales y a todas aquellas personas que tienen la necesidad urgente de salir y trabajar, también hemos visto personas irresponsables que no han tomado en serio las medidas de prevención sanitarias; ya que seguimos observando una movilidad de personas con cierta normalidad, incluso, distintas zonas turísticas se han visto con afluencia de personas, algo que sin duda solo puede llamarse, un acto de irresponsabilidad ciudadana. 

 

Por otra parte, hay que decir que en el trato y manejo de esta pandemia también existen mujeres y hombres que deben ser reconocidos como héroes; me refiero a las y los doctores, a las y los enfermeros; así como a todo el personal administrativo y de vigilancia que día a día combaten los efectos de este virus en hospitales y clínicas. Héroes que atinadamente han sido llamados Ángeles Blancos, que anteponiendo su salud y la de sus familias, atienden a cada una de las personas bajo contagio; ésta es una labor que debemos reconocer, enaltecer y dignificar. Es un privilegio que contemos con personal médico capaz, profesional y ante todo, con total calidad humana. Muchas gracias a todas y a todos.


Tenemos claro que esta pandemia ha venido a cambiarlo todo, que sus efectos en términos de salud siguen siendo letales; pero además, que el impacto económico que ha generado en las familias, es un golpe muy fuerte al bolsillo y a la boca de muchas personas. Ante ello, como Ayuntamiento, hemos tomado medidas de apoyo para el sector comercial, como la reubicación de distintos negocios, evitando con ello la aglomeración de gente; además, hemos sido tolerantes en los horarios de los negocios fijos, pero asimismo, también hemos tomado determinaciones serias y medidas sanitarias para salvaguardar y proteger la salud de las familias.

 

En lo personal, como parte del Cabildo, como coatepecano y como ser humano, he encabezado distintas campañas de ayuda y de apoyo para las personas que se encuentran en vulnerabilidad. Hemos repartido cubrebocas, despensas y apoyos sociales que ahora más que nunca, se requieren para subsistir. Cierto que hay voces que reclaman y critican que no se debe realizar ningún acto social que utilice la necesidad como estrategia de promoción personal y política, nosotros, en la Regiduría Octava, vemos estos actos con profunda sensibilidad humana. Si servidor público significa servicio al público, es justamente lo que nos mueve y así lo seguiré haciendo por convicción personal y con la calidad humana por delante.

 

Debemos exigir congruencia institucional en las autoridades, pero a la vez, asumir una responsabilidad ciudadana seria, y juntos, encarar esta pandemia con total corresponsabilidad social; todas y todos juntos, podemos parar los contagios.

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