lunes, 7 de septiembre de 2020

MI OPINIÓN Por Lic. Benjamín Sánchez Flores

 


México a Dos Años de la 4T

Se cumplen dos años del inicio de la gestión morenista, a la que el Presidente de la República, desde su campaña, ha llamado la Cuarta Transformación de México; gestión que debemos decir, con toda la seriedad, que ha tenido aciertos y desaciertos, triunfos y fracasos, resultados y retrocesos, objetivos cumplidos y sin cumplir; por ello, vale la pregunta ¿cómo nos encontramos ahora?

 

A toda administración pública, en sus tres niveles, se le exige que muestre los resultados alcanzados en su segundo año, ante el argumento institucional que el primero es para aprender y sentar las bases, por lo que el segundo año de ejercicio, debe brindar resultados concretos de las políticas públicas adoptadas, especialmente, beneficios para las familias en situación de vulnerabilidad.

 

Ante esta postura, es que debemos analizar muy bien el sentido de la respuesta que vamos a dar a nuestra pregunta inicial; para lo cual, debemos destacar los alcances a dos años de gestión encabezada por la 4T.

 

En cuanto a Política y Gobierno, donde los compromisos directos eran combatir la corrupción y la inseguridad, podemos decir que ambos temas no han dado los resultados esperados; por cuanto hace a la corrupción, lo positivo fue el cambio en la forma de concebir las cosas, se aprobaron reformas para transparentar la aplicación de los recursos públicos y se endurecieron las penas producto de delitos por corrupción, y la joya mediática, el encarcelamiento de Lozoya, quien ha destapado una red de corrupción por parte del anterior gobierno.

 

Sin embargo, lo lamentable es que este cáncer aún no se elimina, incluso se han presentado escándalos al interior del propio Gobierno Federal. Aunado a la centralización en la toma de decisiones (por no decir obstinación del poder), donde el Presidente es el único y absoluto líder moral para la verdad, lo que lo ha llevado a una división de su Gabinete, ya que a la fecha le han renunciado más de 15 funcionarios de alto nivel, por el simple hecho de no compartir, ni coincidir con las ideas presidenciales de gobernar. Sin olvidar el controvertido tema del avión. 

 

En el ámbito de la seguridad, no ha sido nada fácil, ya que sigue siendo uno de los puntos débiles del Gobierno Federal, debido a que los niveles de narcotráfico e inseguridad no disminuyen, muy a pesar de capturas mediáticas de capos de poco impacto, pero que en el ánimo general, no muestran una mejoría en la inseguridad y delincuencia en México; ejemplos hay muchos, como la liberación del Ovidio Guzmán (dictada por el propio Presidente y que mostró debilidad ante la delincuencia) o el ataque contra Omar García Harfuch en pleno centro de la CDMX. Son temas en los cuales el Gobierno Federal no ha quedado muy bien posicionado.

 

Por cuanto hace a la Economía, se han presentado decisiones positivas, como la recuperación del proyecto energético basado en los fósiles y otras, que aunque positivas parcialmente, parecen más caprichos de la edad, tal es el caso del inicio de proyectos como el tren maya, el aeropuerto en Santa Lucía y la refinería de Dos Bocas, que sus beneficios serán parciales para un grupo reducido de población.

 

Sin embargo, producto de la condición sanitaria que se vive a nivel mundial a causa del COVID-19, las noticias no son nada alentadoras, ya que nuestra economía se enfrenta a un escenario de recesión sin precedentes en la historia reciente; así lo ha anunciado el propio Secretario de Hacienda, quien informa que la economía nacional decrecerá a una tasa del 7.8% y que el 2021, se resentirá el mayor impacto económico vivido en nuestra economía desde 1932.

 

En el tema de Política Social, lo positivo sin lugar a dudas, es el incremento, sin precedente, en los padrones de beneficiarios de los programas sociales, la apuesta y estrategia social más importante del gobierno federal, a la cual se le destina una parte importante del presupuesto. Como resultado, hoy, más jóvenes, adultos mayores y madres solteras cuentan con un apoyo social. Pero que se torna insostenible presupuestalmente.

 

A manera de conclusión, en términos generales podemos decir que hoy vivimos la concentración del poder y la centralización de la toma de decisiones más unilateral presenciada en el último siglo, la eliminación de contrapesos reales, un discurso basado en la confrontación, ataques a la prensa, la centralización de temas mediáticos (el de moda es el enjuiciar a los expresidentes sin bases o pruebas) y los deseos inmensos y permanentes de continuar en campaña a lo largo del país.

 

Lo que es real, es que el panorama para México no es nada alentador, contamos con asignaturas pendientes difíciles de abatir, rezagos sociales que no se curan con la política actual y fenómenos sociales que no se traducen en resultados positivos con la estrategia implementada. Se debe dejar de tomar decisiones impulsivas y analizar conscientemente las medidas que eficientemente mejorarán la situación que viven millones de familias. Por ello, el Gobierno Federal debe aprender a escuchar más y hablar menos, es decir, actuar con responsabilidad y no hablar con imprudencia.

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