Resulta que el ejecutivo federal ha resultado un pésimo Agente del Ministerio Público. Los temas relacionados con la lucha anticorrupción se han politizado y manoseado. Siempre López ha violentado normas jurídicas, constitucionales, ha invadido esferas de competencia de los tres poderes que deben practicar la autonomía en su conducción.
Para quienes gustan conocer la Historia de México es inevitable imaginar cómo se comportaría Andrés López y su investidura en algunos momentos trascendentes de la vida de nuestro país. Posicionar su estilo de gobierno e imaginar cómo reaccionarían ciertos personajes históricos con esa conducta, contradictoria, con el carácter irascible, autoritario, pequeño del ejecutivo actual.
Ello equivaldría a que Juárez hubiera aceptado sumarse a Maximiliano, o don Francisco I. Madero fuese el vicepresidente en el gobierno del Gral. Porfirio Díaz Mori, o bien hubiese aceptado las condiciones en materia obrero-patronal que las compañías petroleras extranjeras le imponían al gobierno encabezado por el Gral. Lázaro Cárdenas del Río, generando el conflicto que derivó en la Expropiación Petrolera.
En el combate a la corrupción es imprescindible actuar sin espectacularidades, sin estridencias, ya el ex-presidente del gobierno español Adolfo Suárez recomendaba “Desdramatizar la Política”, esto es aplicar la Ley sin presunciones, ni exhibicionismos, respetar la Ley.
Nos ha tocado observar la confrontación de los sistemas políticos, los debates que suponíamos superados se han reactivado, no hay populismo de izquierda o de derecha, hay populismo o República; no hay corrupción de izquierda o de derecha, hay honestidad o la corrupción arrodilla al género humano, en medio de la pandemia universal podemos conceder una oportunidad a la dignidad.
Una nueva tarea tienen que realizar los simpatizantes ideológicos del presidente, instalar mesas para captar firmas para juzgar a los ex-presidentes. Sabemos que quien tenga pruebas de corrupción en la administración pública debe presentarlas con las denuncias ante las instancias correspondientes, sin duda que las firmas son indicadores de presión social, pero los procedimientos en materia de administración de la justicia están definidos.
Ante la carencia de resultados satisfactorios surgen distractores cotidianos, un gobierno fracasado ante la pandemia.
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