Durante la pandemia, el uso de cubrebocas ha sido una medida sanitaria clave para evitar la transmisión de COVID-19, sin embargo, algunos tipos de mascarillas tardan más de 100 años en desintegrarse y en muchos casos terminan en ríos, océanos y hasta en la misma ciudad, convirtiéndose en un riesgo para la salud de la gente, pero sobre todo de los recolectores de basura o de pepenadores de reciclaje.
Los recolectores de basura son un eslabón esencial por tener contacto directo con los materiales contaminados. Son la primera línea de defensa para que los guantes, mascarillas o cubrebocas, no terminen en ríos y mares. Mejorar nuestras prácticas en el proceso de desecho, se traduciría en ecosistemas más sanos.
Como ciudadanos tenemos la responsabilidad de cuidar nuestra salud, la de nuestros seres queridos y la sociedad misma. Es por ello que le damos a conocer las prácticas adecuadas para desechar el cubrebocas:
1.- Destruya el cubrebocas con tijeras y coloque los pedazos en una bolsa de plástico anudada. 2.- Rocíe la bolsa con solución clorada. 3.- Lave sus manos y desinfecte las tijeras después de introducir la mascarilla en la bolsa. 4.- No lo tire en la vía pública. 5.- En caso de contar con un cubrebocas de tela, lávelo y desinféctalo después de cada uso.
Otras recomendaciones: 1.- Use una bolsa para depositar los desechos y marcar la leyenda ‘’Residuos Sanitarios’’. 2.- Coloque en esa bolsa: guantes, caretas, cubrebocas, pañuelos desechables, jeringas, gasas. 3.- Antes de tirar la bolsa rocíela por dentro y por fuera con una solución clorada. 4.- Cierre la bolsa y deposítela en un contenedor de basura.
Es importante tomar estas medidas para evitar consecuencias posteriores.
ESTO ESTA PEOR QUE TIRAR CONDONES EN LA VÍA PUBLICA.
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