No ha llegado mi café a la mesa, puedo olerlo a la distancia, mientras aparece, pienso en los grandes azotes de la humanidad en cuanto hace a enfermedades, por ejemplo, el primer caso de cáncer registrado de modo historiográfico tiene al menos 3,200 años, un hombre que vivía en Egipto en el año 1,200 AC lo padeció, al menos eso dicen los estudios forenses que se le practicaron a la osamenta con tumoraciones, con todos los avances que hemos logrado no hemos hallado una cura.
La peste bubónica o peste negra que acabó con la vida de millones de personas surgió en Mongolia en el siglo XIV y se propagó técnicamente por la ruta de la seda de Asia a Europa, la bacteria Yersinia Pestis pasó de las pulgas a las ratas y de estas a las personas, las malas condiciones higiénicas y los problemas alimenticios se cree que agudizaron la pandemia, hoy día con antibióticos puede tratarse con éxito.
Por otro lado, del SIDA sabemos que aparece en la escena mundial a comienzos de la década de los 80´s, se ha especulado que el VIH brincó de un grupo de chimpancés oriundos de Camerún a los seres humanos, desde que el Instituto Pasteur en Francia logró aislarlo en 1984, no se ha podido dar con un tratamiento que elimine la enfermedad, sólo es controlada.
Del Covid19 no hay mucho que contar, desde enero del 2020 se ubicó en Wuhan, provincia de Hubei, China, y lo demás lo conoce usted al dedillo, se cree que pasó de murciélagos a los seres humanos y todos los etcéteras que guste, sin embargo, al día de hoy hay dos vacunas probadas y autorizadas y 4 más a punto de cubrir los requerimientos clínicos y legales. Ojalá y la comunidad científica, médica y política del mundo se hubiera aliado antes como desesperadamente lo hacen hoy para erradicar el cáncer y el sida del planeta.
La historia nos dice que sin importar que mal nos asole, la humanidad siempre se repone, lo único que va a destruirnos, estoy seguro de ello, será nuestra propia locura.
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