lunes, 25 de enero de 2021

EXPRESO CORTADO - Gilberto Medina Casillas



El habla.- 


¿Qué es el habla? El habla es el uso de la lengua. Los idiomas son las piezas fundamentales del pensamiento humano, que se expresa en distintas formas y matices fonéticos, los humanos siempre encuentran la manera de conocer el mundo mediante el nombre de las cosas, esto se hace mediante el lenguaje, ese mismo que la madre inculca (“instala” dirían los chavos informatizados) y queda en la psique de los niños y niñas, un sistema de palabras que articula el pensamiento. Por eso, a la lengua que hablamos, nativamente, se le llama lengua materna. Bien, hasta aquí hemos considerado al lenguaje como medio de ordenamiento de la conciencia, mediante el cual, esta se apropia de la realidad, denominándola.


El lenguaje es la herramienta que nos permite pensar, hablar dentro de la inmensa oquedad del encéfalo y saber lo que pensamos. Por el lenguaje, el yo es capaz de expresar ideas propias, que nacen de su dialéctica interior (reflexión), si acaso la ideología y la cultura del siglo, se lo permiten. 


Porque la mayoría de la gente, en rebaño, automáticamente conforma sus conductas habituales, a partir de los patrones culturales y los usos y costumbres  de la época, regionalmente definidos, completamente contenidos en la lengua del hablante. El lenguaje es un ámbito donde se desarrollan los procesos de comunicación humana, desde la yoidad (yo mismo), la pareja, la familia, los amigos, la empresa, el deportivo, los cafés, los parques, la radio y la televisión.


De este modo se forma el habla. Que es el idioma original convertido en un medio de interacción que va quitando y poniendo vocablos, ajustando palabras, creando modismos, atrayendo palabras de otros idiomas, mezclándose en el vocabulario con otras lenguas, de acuerdo a los procesos históricos y regionales. Dinámicamente, la praxis del habla, día a día reconstruye el idioma y crea los ejemplos más pintorescos: los regionalismos.


Pondré una referencia rápida para ilustrar el dicho: CDMX = Canica;  EDOMEX = Cuica;  Nayarit, Sonora y Sinaloa = Pincha.


Un aspecto del habla que a mí me resulta encantador es el coloquio. Nada representa mejor los vericuetos del habla como el coloquio. Por su naturaleza, el coloquio debe ser contextual, por tanto, su característica es que lo entienden los que saben ese contexto; los que no lo sepan, no entenderán el coloquio.


Todo este vuelo rasante sobre el idioma y su habla, se ha derivado de una plática donde uno observaba que el objeto volován en la CDMX y en Veracruz era distinto, allá, en el extinto D.F., son de hojaldre muy delgado apilado como torrecita y se rellenan con delicias en el centro donde cabe muy poco. En Xalapa, los volovanes son empanadas de hojaldre con rellenos tan extraños para los fuereños como el manjar.


Pues, ¿estas empanadas de hojaldre son o no son volovanes?, lo son, porque el habla manda.

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