Antonio López de Santa Anna (Segunda parte).-
En 1846 estalló la guerra entre Estados Unidos y México, Antonio López de Santa Anna marcha a Veracruz a tratar de detener el avance del general W. Scott. En la batalla de Cerro Gordo luchó contra las tropas invasoras teniendo el apoyo de la guardia nacional de Coatepec bajo el mando de Juan Clímaco Rebolledo, siendo terriblemente derrotados.
El avance estadounidense siguió hacía el altiplano mexicano, Santa Anna estuvo a punto de derrotarlos en las cercanías de la ciudad de México pero partió a San Ángel. El 16 de septiembre de 1847 la bandera estadounidense ondeó a toda asta en Palacio Nacional. El 2 de febrero de 1848 se firman los Tratados de Guadalupe Hidalgo dónde perdía México más de la mitad del territorio nacional.
El desorden y caos ocasionó que fuese llamado nuevamente a ocupar la Presidencia de la República, siendo así once veces que tomó posesión de la primera magistratura. Teniendo a Lucas Alamán como ministro de hacienda, por momentos todo iba bien, hasta el fallecimiento del mismo Alamán.
Se estableció la dictadura, conllevando una etapa de excesos. El congreso le otorgó el título a Santa Anna de "Su alteza serenísima", se comenzaron a levantar arcos de triunfo y monumentos en su honor, asimismo se formó una especie de "Corte presidencial" en Palacio Nacional. Comenzó el cobro de impuestos absurdos por perros, puertas, ventanas, rueda de carretas y caballos.
En 1854 el viejo insurgente Juan Álvarez se levanta contra la dictadura de "Su alteza serenísima" con el Plan de Ayutla. Viendo la causa perdida, renuncia y se va al exilio. Trató de regresar a México durante el imperio de Maximiliano, pero fue rechazado.
Aprovechando la amnistía general durante la presidencia del xalapeño Sebastián Lerdo de Tejada, regresó al país.
Se estableció en la calle de Vergara en la Ciudad de México, con el poco dinero de la herencia paterna de su esposa. Pobre y olvidado fallece el 21 de junio de 1876.
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