lunes, 8 de marzo de 2021

MI OPINIÓN - Benjamín Sánchez Flores

La Auditoría al Primer Año del Presidente: de telenovela

 


La semana pasada, en cumplimiento a su deber legal, plasmado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), dio a conocer los resultados de la auditoría practicada a la Cuenta Pública para el ejercicio fiscal 2019, que corresponde al primer año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. 

 

Como resultado, se determinaron más de 10,000 observaciones que representan el probable daño patrimonial de los recursos federales por la cantidad de 100,914 millones pesos; para darnos una idea del importe observado, éste representa 33 veces el presupuesto 2021 de la Universidad Veracruzana o el 78% del presupuesto de egresos total 2021 para Veracruz (G.O. Decreto Núm. 826 del 24-12-2020).

 

En su informe, la ASF detalla que, del importe observado, 44,422 millones de pesos tendrían que ser devueltos por considerarse daño patrimonial grave; el resto, 56,492, no se tiene registro de su ejecución, ya que los entes públicos no presentaron comprobantes que justifican su aplicación; en ambos casos, se trata de importes que representan los valores más altos observados bajo los criterios de aclaración y/o devolución, en los últimos 20 años para un Gobierno Federal.

 

Destaca en especial, la auditoría practicada a la obra cancelada del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) en Texcoco, determinando un costo total por su cancelación de 331,996 millones de pesos; que representa el presupuesto total autorizado para la Secretaría de Educación Pública federal para este 2021 (D.O.F. del 30-11-2020; pág. 39).

 

Pero además, se mostraron las observaciones a los programas sociales, a los que el Gobierno Federal destina más del 60% del presupuesto, resaltando el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro, donde la ASF evidenció, no solo el hecho de no comprobar los recursos aplicados y entregados a las y los beneficiarios, sino que una revisión al padrón presentado, se detectó el hecho de haber justificado la entrega de recursos a personas fallecidas ¿vieja práctica de nueva gente?

 

En el caso de Veracruz, el informe detectó posibles desvíos durante el primer año del Gobierno de Cuitláhuac García, por la cantidad de 3,115 millones de pesos; de los cuales la ASF determinó al reintegro de 2,691 millones de pesos, es decir, el 86% de los recursos observados, especialmente en los programas de las Secretarías de Salud, de Educación y la propia de Finanzas y Planeación.

 

La reacción no se hizo esperar de parte del Presidente de la República, desconociendo rotundamente los resultados presentados y convirtiendo las mañaneras en todo un set de grabación de telenovela, ya que mencionó “Exageran y no solo eso, están mal sus datos, yo tengo otros datos”.

 

¿Les extraña?, desde luego que no, así ha sido el comportamiento de nuestro Presidente, desconociendo todo aquello que cuestiona sus decisiones o sus programas, estableciendo que son personas que quieren desestabilizar a su gobierno; sin embargo, en esta ocasión se trata de una institución como la Auditoría Superior de la Federación, la misma que López Obrador alabó y reconoció su trabajo realizado en casos como la Estafa Maestra de Peña Nieto o los desvíos millonarios de Javier Duarte, muy sonados y utilizados por AMLO en campaña. No obstante, cuando es observado y evidenciado por la misma institución, ahora la desconoce y no aprueba su trabajo, sus métodos y su imparcialidad.

 

Lejos del número de observaciones y el monto como probable daño patrimonial, lo que sí es evidente, en algunos casos, es la improvisación y la falta de preparación dentro de la administración pública; y en otros casos, el resurgimiento y la perpetuación de viejas prácticas para malversar los recursos públicos, fingiendo que nada va a pasar, que nadie se dará cuenta y que todos somos unos ingenuos.

 

Esta es una realidad que no puede seguir pasando, pero en la medida que nosotros mismos no hagamos algo, desgraciadamente así continuará; por ello, es importante elegir a mujeres y hombres capaces, no solo honestos, sino con la capacidad, el profesionalismo y la experiencia para encarar todo cargo público.

 

El Presidente y Gobernador deberían tomarlo muy en cuenta; México y Veracruz lo merecen, pero ante todo, lo necesitan urgentemente.







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