Teocelo ha sido de los municipios más afectados de la zona, al encontrarse en semáforo rojo, pese a que es un municipio pequeño y que hace unas semanas se encontraba en semáforo verde.
El común denominador en esta pandemia ha sido la desidia de muchos ciudadanos para utilizar el cubrebocas y respetar la sana distancia; también el hecho de que no hay autoridades que sancionen o garanticen las medidas básicas de prevención en los comercios en general y en el transporte público.
Y es que, desde el principio de la pandemia, cuando autoridades estatales y municipales publicaban fotos sobre la desinfección de calles y vehículos, hicieron creer a la población que eso era lo que frenaría la pandemia, pero el resultado es el actual, tres olas de contagios siendo esta tercera la más agresiva.
Sí en Teocelo hay negocios de venta de comida que no ofrecen el servicio básico de lavado de manos o baños, no es de extrañarse que los comercios, no todos, no brinden gel antibacterial a la entrada, no exijan el uso de cubrebocas a sus clientes y que los propios empleados o dueños de los negocios no cumplan con dichas medidas.
Se ha dicho que la responsabilidad de frenar y disminuir la pandemia es responsabilidad de todos, pero son las autoridades, obligadas y facultadas, las que deben hacer cumplir las normas, leyes y reglamentos en cuidado y bienestar de los ciudadanos, y en ese punto, Teocelo ha estado casi en su totalidad, descuidado.
Incluso en el primer día de la actual estrategia estatal para frenar la tercera ola, en Teocelo no se vio ningún cambio, incluso algunos usuarios subieron videos de la quema de “toritos” en los barrios, estando canceladas las fiestas patronales por el mismo decreto. No fue hasta muy tarde, después de que usuarios de Facebook lo dieron a conocer que la policía municipal se presentó en el lugar para pedirles que se retiraran. El parte oficial causa dudas ya que señala que la mayoría de las personas presentes eran de Xico.
Todo esto está relacionado con una de las fiestas religiosas más representativas y tradicionales de Teocelo, la celebración de la Asunción de la Virgen. Y nadie señala las particularidades de las religiones, sino que los ciudadanos están acostumbrados a no respetar a las autoridades civiles. Incluso las autoridades religiosas son reacias a acatar las disposiciones de salud, y el decreto del Gobierno del Estado es claro: “Se cancelan todas las fiestas patronales y se prohíben las aglomeraciones”.
Sin embargo, incluso con la publicación del decreto, el deceso del arzobispo, la elevación de contagios y el semáforo rojo; hasta el cierre de esta columna, no se habían cancelado las “confirmaciones” para los niños para este sábado 14 de agosto.
Es de recodar que una situación similar se vivió en enero de este año cuando el párroco y la iglesia católica se ganaron señalamientos negativos por realizar este tipo de celebraciones, cuando las circunstancias son extraordinarias y se puede poner en riesgo la vida de los asistentes. Se intuye que dicho evento provocó el cambio de ministro de culto.
Teocelo y el mundo necesitan ser más empáticos con el prójimo, no se señala a la religión por sus creencias, no se señala a las autoridades por su actuar, no se señala a los ciudadanos por querer hacer sus vidas lo mejor posible en esta realidad que se vive; se señala lo que no hacen, lo que omiten y afecta a todos por igual.
A nadie se le desea sufrimiento, enfermedad y muerte, por eso se debe ser estrictos con este virus que ya nos ha arrebatado a seres queridos y emblemáticos de Teocelo.
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