Se nota que en la llamada ‘Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz’, similares y actividades conexas del estado, hablan de todo menos de lo que deben.
En lugar de ocupar la pantalla panorámica de alta definición en la búsqueda de informes sobre cómo contrarrestar las causas y los efectos de la pandemia -que no es otra cosa que la extensión de una enfermedad contagiosa a muchos países-, la emplean para el envío recíproco de saludos mañaneros, autoelogios, besos y abrazos digitales. Una reunión de clase mundial, en la cual el desabasto de medicamentos en farmacias de centros de salud, hospitales regionales y centros de alta especialidad médica, ocupan un lugar secundario en la supuesta agenda de prioridades sanitarias.
Magnifican hasta el delirium tremens el hecho de disponer con 500 camas en los denominados Centros de Atención Médica Expandida (CAME-C19) para frenar el avance del rotavirus, frente a una población estimada en más de ¡ocho millones de habitantes! Temas desagradables como la garantía alimentaria demandada por la población de escasos recursos económicos, el respaldo del estado al sector empresarial con el objeto de paliar la crisis del desempleo; no tienen cabida.
Es deplorable que a escasos días de entrar en la fase tres del coronavirus, no se cuenta con información confiable, seleccionada por expertos en la materia. A estas alturas ya hubiesen consultado el portal de la Organización Mundial de la Salud (OMS), institución especializada de las Naciones Unidad que tiene por fin difundir conocimientos médicos y ocuparse de la desaparición y cuidado de ciertas enfermedades, con residencia en Ginebra (Suiza). O en el último de los casos, conseguir más de treinta series sobre pandemias ofertadas por la empresa Netflix y, al cabo de algunas semanas o tal vez meses, estarían en amplias condiciones de saber cómo abordar el tema basados en el conocimiento y la experiencia de expertos científicos de talla mundial.
Es probable que durante ese tiempo el coronavirus haya cobrado la muerte de la cuarta parte de la población veracruzana, pero al menos, los integrantes de la llamada ‘Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz’, similares y actividades conexas, serían expertos de la materia y hasta podían formar un instituto de estudios sobre prevención de pandemias, patrocinado por la Universidad Veracruzana y la asesoría de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Todavía hay tiempo, ¿no cree usted?
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